03/01/2022
 Actualizado a 03/01/2022
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A estas alturas de la historia no debería sorprenderle mucho si le digo que la mitad de lo que lee, ve o escucha debe ponerlo en tela de juicio antes de tomarlo en consideración. Y tampoco le exagero al decir que buena de parte de ese material invita a desconfiar directamente. No es cuestión de entrar en más detalles por eso de guardar las formas pero por desgracia es a lo que hemos llegado en los últimos tiempos, especialmente en estos dos años previos, y por eso se explica que tanta gente recele ya de todo y cada vez sean más los que entienden que el camino marcado tiene alternativas.

Me dice siempre un amigo que hace años que ni abre un periódico ni enciende la radio en el coche –bueno, sí, la enciende con música de un USB– y mucho menos la televisión cuando hay informativos. Por eso, a veces, a los tres, los cuatro o cinco días de ocurrir alguna noticia me comenta aquello de «oye, que yo no sabía que…». La respuesta y la contra respuesta siempre son más o menos las mismas.

Más allá de la comparación, este fin de semana me encontré con una recopilación de titulares y entradillas de periódico anunciando diversas subidas de precios e impuestos entendidas como actualización con unos gobiernos y escaladas, incrementos, tasazos e impuestazos en otras ocasiones. La verdad es que si no fuera por el trasfondo que conlleva sería hasta gracioso.

Pero lo más curioso es que durante la semana pasada también se pegaban por entrar en el correo electrónico mensajes de proveedores o de empresas a las que alguna vez les he comprado algo y ya tienen ahí los datos de uno para aburrir después con promociones, que en 2022 se van a «actualizar» los precios de sus productos o servicios.

Cada uno de la manera más original y menos dolorosa posible se busca la mejor manera de decirle que el nuevo año arranca con una mayor incertidumbre, con la crisis de suministros azotando, la pérdida de poder adquisitivo en las familias y la inflación cuya factura vamos a pagar entre todos. Pero como le llaman «actualización» pretenden que no le parezca tan grave.
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