Abuso o agresión

28/06/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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Desde el mismo día de la noticia sobre la puesta en libertad condicional de los miembros de La Manada hasta hoy, no dejo de darle vueltas a los sentimientos y el bienestar general de la víctima. Un golpe duro que me cuesta asumir, supongo que el estado de derecho hay que aplicarlo a todos por igual aunque ya sabemos que unos gozan de privilegios que otros no podremos alcanzar nunca. La sensación que me recorre el cuerpo y bombardea mi mente constantemente hace que no deje de pensar en dos palabras, abuso y agresión. La Real Academia Española lo deja claro, pero no termino de ver su aplicación en nuestra vida cotidiana. El abuso lo encontramos, eso sí, sin la palabra violencia por ningún sitio y de determinadas maneras, de derecho, de superioridad, de confianza, de autoridad y no podía faltar el abuso sexual. Clases de abuso que de una manera u otra recibimos constantemente, ya sea en cualquiera de sus términos y aunque no lleve explícito la palabra violencia, realmente sí existe. La vejación entre otras cosas es una forma de abuso que deja secuelas peores que un moratón o incluso una fractura de huesos, un daño que muchas de las ocasiones no tiene remedio, con el que la víctima debe convivir para el resto de su vida. El aprovechamiento de fuerza o número considerado como abuso, la realización de actos atentatorios contra la libertad sexual de una persona considerado como abuso, pero en ninguno de los casos vienen acompañados de violencia, poco o nada podemos hacer, es el residuo que me queda de esta Constitución y las leyes que tenemos. Si vienen cinco hombres más corpulentos que yo, me ganan en número y además en fuerza, no tendré más remedio que atender sus solicitudes si no quiero acabar muerto o en el hospital, es ley de supervivencia. En el caso de que me enfrente puedo terminar siendo juzgado, ya que dentro de mi defensa personal le he hecho una brecha a mi atacante. Entonces, ¿dónde termina una cosa y empieza otra?, ¿qué debemos hacer? Si la justicia no es clara en sus dictámenes, ¿qué seguridad tenemos?, ¿cómo nos defendemos de aquellos que quieran hacer uso del abuso o de la agresión? Efectivamente, nos encontramos frente a un dilema que nadie sabe contestar. Cada día aparecen más casos de agresiones, que intentan camuflar como abuso, ataques en los que participan varias personas, ¿nos hemos vuelto locos? La utopía, la que nunca alcanzaremos, el ser humano al parecer no quiere cambiar, mal camino es el que nos espera si no hacemos algo al respecto.
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