Abanca Ademar 30 - At. Valladolid 28: 'Mil y una formas de ganar un derbi'

El Abanca Ademar venció al Atlético Valladolid en un partido que tenía muy de cara tras una gran primera mitad y que sufrió para llevarse tras mostrar su peor versión

J. A.
13/12/2017
 Actualizado a 13/09/2019
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El doctor Jekyll y Mr. Hyde. Un equipo capaz de lo mejor y también de lo peor. El Abanca Ademar mostró en un derbi autonómico que tuvo todos los alicientes de este tipo de partidos su mejor y su peor cara, la que le llevó a firmar una gran primera parte suficiente para llevarse el partido más que de sobra... de no ser porque en la segunda dio la sensación de equipo vulnerable que no termina de encontrarse cómodo ante su afición.

Era sin duda el día ideal y el rival más idóneo para que el Abanca Ademar se reivindicase en el Palacio y salió a la pista dispuesto a hacerlo. Los leoneses firmaron de inicio 15 de los mejores minutos de balonmano que se han visto durante lo que va de temporada. Un torbellino ofensivo liderado por Juanín y Álex Costoya que obligaban a Nacho González a pedir tiempo muerto ya con un hándicap de 4 goles en el marcador (6-2).

Sin embargo, poco pudo hacer para detener a un equipo leonés tremendamete intenso, que no dejaba un segundo para el descanso, apretaba en defensa y podía correr llevando el marcador a una cifra tremendamente abultada de goles y con el margen suficiente para saber que gestionándolo de la forma correcta tenía el partido en su bolsillo

Hasta de 9 goles llegó a ser la ventaja de los locales ante un equipo vallisoletano que ni mucho menos mostró la imagen de ese equipo que demuestra ser ante su afición a pesar de la presencia de en torno a una veintena de aficionados vallisoletanos en las gradas.

Ellos fueron testigos de la incapacidad de su equipo para darle un mordisco a la ventaja leonesa incluso con dos jugadores más sobre la pista, fruto de una doble exclusión de Simonet tras increpar a un riva al que acusaba de tirarse en una imagen que recordaba a la de aquellos clásicos duelos autonómicos.

Los siete goles al descanso de los que disfrutaba el Abanca Ademar tras una genialidad de Juanín sobre la bocina invitaban a pensar por fin en un partido tranquilo... pero ni mucho menos fue así.

Porque capaces de vencer a cualquier al mejor nivel, el equipo de Rafa Guijosa ha demostrado que si no rinde al máximo cualquiera puede sorprenderle. Volvió a atragantársele la segunda parte a los leoneses, en los mismos minutos que le costaron puntos ante Guadalajara, Huesca o Benidorm.

Sin Juanín, cojeando y que solo salió a tirar un siete metros (que falló) en la segunda mitad, obligados a utilizar a Acacio o Rodrigo en el extremo y sin encontrar al sensacional Cupara de la primera parte, el Abanca Ademar pareció otro equipo que además jugó a todo lo contrario de lo que le había dado réditos en la primera media hora.

Poco a poco Valladolid fue limando la diferencia liderado por un gran Roberto Pérez hasta el punto de creerse que podían sacar algo positivo de León.

Tremendamente espesos en ataque, con unos jugadores que habían brillado en la primera mitad y que parecían haber perdido los poderes como si de ‘Space Jam’ se tratara e incluso permitiendo al rival encontrar huecos en la defensa que antes no existían, Valladolid llegaba a ponerse a dos goles en la recta final del partido con el nerviosismo aumentando en la grada y sobre la pista, algo que endureció el juego.

La entrada de Biosca le dio un plus a los leoneses y fue él el encargado de hacer respirar al pabellón deteniendo el lanzamiento desde siete metros que además le valió la roja directa a Costoya y que pudo poner a 1 a Valladolid con apenas nada por jugarse.

Salvó el Abanca Ademar la papeleta para sumar dos puntos que si no sirven para llevarse las mejores sensaciones a la Copa Asobal, permiten a los leoneses aprovechar los errores del resto para irse al parón un solo punto por detrás de su objteivo.
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