Abanca Ademar 29 - Benidorm 25: 'Reivindicaciones que acercan Europa'

El equipo leonés se impone en una gran segunda mitad gracias a las contras y al juego con el pivote / Juanín se lució, Pesic decidió y Ligetvari mostró su mejor versión

Jesús Coca Aguilera
10/05/2019
 Actualizado a 16/09/2019
Juanín intenta superar a Vial. | MAURICIO PEÑA
Juanín intenta superar a Vial. | MAURICIO PEÑA
Por fin, mes y medio después, el Ademar volvió a saborear una victoria. 29-25 se impusieron los leoneses a un buen y rocoso Benidorm, que aguantó la primera parte pero sucumbió ante el tirón inicial de los leoneses en el arranque de la segunda.

Cumplieron los leoneses en la primera de las tres finales para finalizar cuartos y lo hicieron en un día de reivindicaciones que acercan Europa, pues los tres principales protagonistas fueron jugadores con mucho que demostrar.

Y es que se lució con el que probablemente fuera su mejor partido este año en el Palacio Juanín el día después de anunciarse su no renovación; mostró su mejor versión en ataque y en defensa un Ligetvari que por fin fue el jugador determinante que todos esperaban el día de su llegada; y decidió Pesic, cuya continuidad está acordada a falta del visto bueno de Cadenas, y que fue el mejor del partido con ocho goles tras mostrarse imparable en los seis metros.

Ellos decidieron un encuentro que había vivido una primera parte con mucho ritmo, llena de alternativas, parciales de uno y otro equipo, y un ambiente frío en el pabellón, consecuencia clara de que la televisión te obligue al sinsentido de jugar un viernes por la tarde, en una muestra más de que el balonmano tiene dentro al enemigo que va acabando con él poco a poco.

Las paradas de Vial, al que el Ademar tuvo atado antes de elegir a Patotsky, tuvieron en el partido al Benidorm Así, con la grada apagada hasta que el protagonista del partido tras su no renovación, Juanín García, la levantó en los minutos previos al descanso, Ademar y Benidorm fueron intercambiándose el mando en el marcador sin que ninguno de ellos consiguiera coger nunca más de dos goles de renta.

Fueron los que tuvo el Ademar en los primeros compases, fruto sobre todo de los contraataques que con Diego Dorado al frente los leoneses han vuelto a intentar recuperar como seña de identidad y del daño que en seis metros hacía el pivote Pesic al 6-0 del Benidorm.

Sin embargo, a partir del 7-5 el panorama cambió. La defensa alicantina se ajustó y, sobre todo, emergió en la portería la gigantesca figura de Leo Vial, que ejecutó con un carrusel de paradas su particular venganza con un Ademar que le tenía prácticamente cerrado para la próxima temporada pero acabó decantándose por Patotsky.

Sus intervenciones, junto a la efectividad desde los siete metros y en el extremo de Cabanas, dieron aire a los de Zupo, dejaron durante siete larguísimos minutos sin marcar al Ademar y obligaron a Dorado a parar un partido que con el 9-11 se ponía cuesta arriba, pero que los leoneses arreglaron en el tramo final, con dos goles desde el extremo de un ovacionado Juanín, para irse empatados (14-14) al descanso.

Un parcial de 5-0 rompió el igualado partido y puso un 25-19 definitivo, pues la renta ya nunca bajó de los 4 goles Parecía que el partido iba a ser igualado, pero en el arranque de la segunda mitad llegó el estirón ademarista. Le bastó para ello apretar atrás, volver a recurrir a esas contras del inicio y unir a la ‘pesadilla’ que para el Benidorm era Pesic ‘chispazos’ de Ligetvari.

Con eso y un rival atascado y encadenando pérdida tras pérdida en ataque, donde su motor Pablo Simonet tenía un día gris ante el que en un futuro puede ser su equipo, el Ademar ‘amenazaba’ con romper el choque en el ecuador de la segunda mitad.

Solo las paradas de Vial sostenían al Benidorm, que aún así veía cómo en el minuto 47 la diferencia se había disparado con un parcial de 5-0 hasta los seis goles (25-19) que empezaban a antojarse ya prácticamente definitivos.

Y lo fueron, porque aunque el Benidorm nunca se rindió y llegó a poner de nuevo la distancia en los cuatro tantos, nunca bajó de ahí, permitiendo un final tranquilo para un Ademar que por fin vuelve a sonreír. Ahora quedan dos pasos más... y por supuesto la esperada ‘wild card’ de la EHF.
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