Abanca Ademar 24 - Montpellier 28: 'Superioridad demostrada, eliminatoria sentenciada'

El conjunto leonés, que nunca fue por delante, lucha hasta el final pero no puede con un equipo francés liderado por el hijo de Jackson Richardson

Jesús Coca Aguilera
24/02/2018
 Actualizado a 15/09/2019
La defensa del Montpellier frena a David Fernández. | MAURICIO PEÑA
La defensa del Montpellier frena a David Fernández. | MAURICIO PEÑA
Durante la década de los 90 y de los 2000, Jackson Richardson dominó el balonmano mundial. Coincidiendo también con el mejor Ademar de la historia, el genial central francés vivió mil y una batallas contra los leoneses con ese San Antonio con el que lo ganó absolutamente todo.

Casi una década ha pasado desde que se retiró. Pero ayer, 13 años después de su último choque en León, de nuevo un Richardson acabó con las esperanzas del conjunto leonés. Fue su hijo Melvyn, que a sus 21 años demostró que la calidad va en el ADN y ante la baja de Porte se sacó el mejor partido de su vida en la Liga de Campeones y a base de ‘latigazos’ desde nueve metros lideró el triunfo del Montpellier en León.

24-28 vencieron los franceses, que demostraron el favoritismo que sobre el papel se les atribuía y dejaron visto para sentencia el pasar tras dominar el partido de principio a fin frente a un Abanca Ademar al que no se le puede achacar nada en cuestión de garra y esfuerzo, pero al que sólo con darlo todo no le llegó para poder plantar cara al ‘trasatlántico’ francés.

Los franceses cogieron pronto 4 de renta, si bien el Ademar empató antes del descanso y se fue dos abajo a vestuarios Siempre a remolque fueron los leoneses, que nunca llegaron a ir por delante en el marcador, pero tampoco permitieron que el Montpellier acabara de romper el choque, volviendo a la vida cada vez que los franceses amenazaban con abrir una brecha definitiva, pero faltándoles un puntito de acierto para alargar esos arreones hasta conseguir ponerse por delante.

¿El primer momento de crisis? Llegó ya a los 13 minutos, momento en el que el Montpellier cogió por primera vez cuatro goles de renta (5-9). Leía bien de salida el Ademar el 5-1 con avanzado de Faustin que en otros compases se le atragantó, pero sin Juanjo sufría atrás con los lanzamientos lejanos del Montpellier (Richardson llevaba ya ahí cinco de los ocho goles que firmó), que rozaban el 100% de efectividad ante un Cupara al que le costó entrar en calor.

Con 9 goles en 13 minutos, soñar con la campanada era casi imposible. Pero, tras un tiempo muerto de Guijosa, la defensa subió un pistón, el meta serbio se enchufó y el conjunto ademarista volvió al partido tras echar el cerrojo atrás.

De hecho, con un parcial de 4-0, los leoneses devolvían la igualada al marcador (10-10). Juanín anotaba todo lo que lanzaba. David, que entraba por un Vieyra que falló tres lanzamientos solo en seis metros y tras sentarle Rafa no volvió a entrar, tenía el brazo suelto. Y Costoya no dudaba en asumir responsabilidades.

Estaban muy vivos los leoneses, pero el rodillo francés no perdonaba ningún error y, tras llegar dos seguidos de Acacio, recuperaban los tres de renta y acababan yéndose dos arriba (12-14) al descanso.

Los lanzamientos de Melvyn Richardson, que firmó 8 goles, abrasaron al Ademar, que echó mucho de menos a Juanjo El Ademar estaba vivo, que no es poco. Pero si algo había quedado claro, es que para recortar distancias era necesario rozar la perfección en ambos lados de la pista. La tuvo de salida en ataque, con un siete plagado de juventud en el que Rodrigo y David empezaban tirando del carro; pero no en defensa, donde el 5-1 con Piñeiro de avanzado no funcionaba y de nuevo Richardson hacía acto de aparición.

Así, con el 16-20 en el minuto 40 Guijosa volvía a pedir tiempo muerto, dando pase a un intercambio de goles en el que durante algunos minutos ganaba protagonismo Vejin, que salía con ganas de ser protagonista y en apenas 10 minutos se marcaba cuatro lanzamientos, dos de los cuales fueron ‘golazos’ y dos fallos , y en el que Biosca entraba y salía con rapidez al no tener acierto.

De quién rompiera esa balanza de gol para cada lado dependía que la eliminatoria se abriera o se sentenciara. Y acabó venciéndose en favor de los franceses, que al cuarto ataque para irse de seis goles encontraba puerta y ponía el 21-27 a 7 minutos para el final.

El Montpellier se fue de seis a 7’ para el final, pero tras ello el Ademar logró un 3-0 y con 24-27 falló dos tiros claros Probablemente cualquiera hubiera bajado los brazos y el partido habría acabado en paliza. Pero la palabra rendición no entra en el diccionario del Ademar.Ante la adversidad se creció, peleó cada balón como si el choque fuera empate y con un gol de Carou, una contra culminada por Gonzalo y un buen tanto de Costoya lograba un parcial de 3-0 que le ponía a 3 (24-27) a falta de 3 minutos para la conclusión.

Había vida, que no era poco para todo lo vivido. El Palacio rugía y soñaba. Y de hecho, hubo dos lanzamientos claros para haberse metido de lleno en el choque. Una contra de Jaime. Un tiro solo de David. Ni entraron esos, ni de hecho ninguno más de los leoneses de ahí al final, lo que aprovechaba Soussi para con un ‘zambombazo’ colocar el 24-28 final.

La victoria era justa. Nada se le podía echar en cara al Ademar. Lo que nadie ha conseguido hacer este año en Francia, tampoco pudo lograrlo la escuadra leonesa. La superioridad quedó demostrada. La eliminatoria sentenciada.
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