Abanca 29 - Anaitasuna 24: 'Acacio despierta a tiempo al Ademar'

El conjunto leonés, que llegó a ir cuatro abajo en la primera parte, remonta con 10 goles del brasileño y mantiene su imbatibilidad en el Palacio

Jesús Coca Aguilera
09/02/2019
 Actualizado a 07/09/2019
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Quedaban apenas seis minutos y medio para llegar al descanso y las cosas pintaban mal para el Abanca Ademar. Como si aún no hubieran vuelto de las vacaciones y con el recuerdo de la contundente derrota en Logroño tan cercana, el Anaitasuna amenazaba con agrandar la herida pues iba cuatro arriba (7-11) en el Palacio.

El ataque leonés, tremendamente atascado, se estrellaba una y otra vez contra el 6-0 navarro capitaneado por Pujol y Bazán, y se topaba con Bols cuando aunque casi siempre de forma forzada conseguía lanzar. Y en defensa de nuevo el recuerdo de la ausencia de Carou se agigantaba ante el recital de ‘zambombazos’ brasileños que protagonizaban Nantes y Ceretta.

Pero de repente, en un visto y no visto, todo el panorama cambió.Y lo hizo de la mano de un Acacio que celebró a lo grande su renovación, comandando con diez goles la remontada en uno de sus mejores partidos desde que viste la camiseta ademarista.

Los hermanos Pérez Arce fueron decisivos, Mosic brilló en defensa  y Biosca echó el cierre en la segunda parte De hecho, antes de llegar al descanso, el Ademar ya había logrado darle la vuelta al marcador con un tremendo parcial de 6-1. En seis minutos los leoneses hacían sólo un gol menos que en los primeros 24 y lo conseguían de la mano no sólo del brasileño, sino de los otros dos grandes protagonistas del partido en ataque: los hermanos Pérez Arce.

Y es que, ante la falta de ideas en ataque, con la primera línea muy desacertada (nula fue la aportación del lateral izquierdo, donde ni David ni Vieyra tuvieron el día) y los balones sin llegar a los extremos ni el pivote, Guijosa optaba por usar en ese papel de revulsivo que tiene este año a Rodrigo, y el canterano le daba otro aire al ataque.

Mejoraba con su presencia pero, sobre todo, con el inicio de la exhibición de Acacio. Donde nadie podía entrar, el brasileño empezó a hacerlo una y otra vez con facilidad. Una exhibición de desequilibio y capacidad de penetración que despertó a tiempo al Ademar, que se ponía por delante por primera vez en el partido a sólo 18 segundos para llegar al descanso, gracias a un contraataque culminado por Gonzalo tras parada de Biosca, secuencia que se repetiría hasta cuatro veces durante el choque.

Tras meter en 23 minutos 7 goles, el Ademar hizo seis antes de un descanso al que se fue con su primera ventaja Lo más difícil parecía haber pasado. Y de hecho, aunque hasta el ecuador de la segunda mitad el partido estuvo en el aire con el Anaitasuna metido de lleno en él, lo cierto es que los navarros nunca más volverían a ponerse por delante.

¿El principal cambio de la segunda mitad? Llegó en la parcela defensiva, donde el Ademar dio un paso adelante liderado por un gran Mosic, que cuajó un excepcional partido atrás al lado de Pesic e hizo que Ligetvari no apareciera ni un minuto en la segunda mitad. Esa subida de pistón atrás provocó además que Biosca mejorara notablemente sus prestaciones, echando la trapa a su portería tras una gris primera mitad y superando el 50% de paradas después del descanso.

En posicional al Anaitasuna le costaba errores superar a la defensa leonesa y. aunque recurría a la velocidad para intentar solventar el problema, lo cierto es que los goles caían a cuentagotas, hasta el punto de que apenas llevaban nueve cuando quedaban sólo cinco minutos para el final y el partido estaba ya roto.

Y es que, mediada la segunda mitad, el Ademar consiguió poner por fin tierra de por medio. Le seguía costando en ataque, donde a la ‘Acacio-dependencia’ sólo se le unía mediante penetraciones Rodrigo, pero cuando además los leoneses pudieron correr, el partido se acabó.

El Anaitasuna siguió vivo hasta el 21-19, en el que un parcial de 5-1 permitió al Ademar romper el partido Así el Anaitasuna, que puso por última vez las tablas con el 14-14, sobrevivió al primer arreón ademarista (17-14) volviendo a ponerse a uno (18-17), pero no al siguiente tirón, al que se producía con el 21-19 en el marcador.

Esta vez el parcial era de 5-1, con dos tantos de, cómo no, Acacio; dos contraataques de Gonzalo (especialmente maravillosa la definición que levantó al Palacio en uno de ellos); y un tanto de Jaime. Y de repente, ese Anaitasuna que había tenido opciones hasta el final en todas las canchas grandes, se veía ya muerto con el 26-20 a seis minutos para la conclusión.

Había costado, pero el Ademar había sacado el complicado choque adelante. Triunfo por 29-24 y todas las dudas de los desplazamientos despejadas de nuevo en un Palacio que sigue siendo inexpugnable.El próximo viernes, frente al Bidasoa, esa imbatibilidad tendrá una prueba de fuego. De momento, los leoneses se han ganado el derecho a poder asaltar ese día la segunda plaza.
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