Abanca 27- Wisla Plock 24: 'El Ademar de las grandes ocasiones'

El equipo leonés tumba al ‘ogro’ del Grupo tras coger 7 goles de renta con un Mosic imperial y rehacerse, apoyado en las paradas de Slavic, a que el conjunto polaco empatara a falta de 12 minutos

Jesús Coca Aguilera
06/10/2018
 Actualizado a 15/09/2019
Simonet intenta superar el agarrón de Toledo. | MAURICIO PEÑA
Simonet intenta superar el agarrón de Toledo. | MAURICIO PEÑA
Quedan 12 minutos para el final y el Abanca Ademar parece que se va a quedar a las puertas de dar la campanada. El Wisla Plock, al que han bailado en una primera mitad excepcional en la que han llegado a coger hasta siete goles de renta (14-7), se ha rehecho tras el descanso y acaba de poner las tablas (21-21) en el marcador.

Las piernas empiezan a fallar en un Ademar debilitado por las lesiones que apartan del choque a Juanjo, Juanín y David y dejan al equipo sin apenas rotaciones. La calidad de los polacos, con prácticamente dos internacionales por puesto aunque con la ausencia de última hora de su pivote titular Zabic por ser padre, empieza a notarse.

Falta fuelle e ideas en el equipo leonés... pero le sobra corazón. Y con un Palacio volcado con su equipo, la garra y altísima intensidad mostrada desde el minuto uno, y la aparición de dos invitados inesperados el color del partido vuelve a cambiar por completo.

Tras lograr empatar el Wisla, Acacio y Slavic lideraron un parcial de 5-1 para entrar 4 arriba a los últimos 5 minutos Uno es Slavic, que con el 20-19 ha entrado en sustitución de un Biosca sensacional en la primera mitad pero que no acababa de entrar en juego en la segunda parte. El otro Acacio, que refleja de la mejor manera esa característica del Abanca Ademar de ser capaz de lo mejor y de lo peor, sólo que él es capaz de pasar de un extremo a otro en cuestión de minutos.

Hasta entonces, nada le salía. Pero, en el momento más complicado, se echó el equipo a sus espaldas con siete minutos mágicos, en los que el Ademar llegaba a lograr un parcial de 4-0 y acababa entrando con cuatro goles de ventaja (26-22) a los últimos 5 minutos.

Mosic hizo 9 goles, todos de ‘cañonazos’ desde 9 metros; Carou estuvo espectacular en defensa Lo hacía con tres golazos del brasileño, uno de ellos increíble a la media vuelta; cuatro ‘paradones’ de un Slavic que echaba el cierre bajo palos; un tanto de corazón de Carrillo, desacertado en el lanzamiento pero que en un momento clave lograba un gol vital lanzándose al suelo para coger un balón dividido ante dos defensores y marcar a portería vacía; y el noveno gol de otro nombre que merece un capítulo aparte: Ivan Mosic.

Y es que, aunque en el tramo final brillaran más otros, el mejor del choque (con permiso de un Carou imperial en el centro del 6-0 defensivo) fue el lateral serbio, que completó el que con diferencia ha sido su mejor partido como jugador del Abanca Ademar. Cumplió defendiendo muchos minutos en el centro del 6-0 y se salió en ataque, con nueve tantos llegados prácticamente en su totalidad de ‘cañonazos’ soltados tras levantarse desde los nueve metros.

El Wisla tuvo un penalti para ponerse a 2 a 2:30, pero lo tiró al palo, Slavic paró el rechace y Vieyra sentenció Él había sido una de las claves para llegar así al momento decisivo. Aunque también Pesic, otro que rindió muy por encima de su nivel habitual e hizo mucho daño en los seis metros. O un Mario López brillante, que no sólo firmó el que será uno de los mejores tantos de toda la ‘Champions’ (cogiendo el balón en el aire tras un fly lanzado por Simonet y metiéndola de rosca), sino que volvió a hacer desear que cuanto antes se acabe su limitación de minutos porque con él en pista el equipo es muchísimo más peligroso. O Simonet, que volvió a ser ese ‘director de orquesta’ que necesita el Ademar.

Sin embargo, aún quedaba rematar la faena. Y el Wisla hizo temer a la hinchada prácticamente hasta el final. Porque, tras dos errores de esa cara B de Acacio, el Wisla tenía a dos minutos y medio para el final un penalti para ponerse a dos. Sin embargo, ni metió la pena máxima que se estrelló en el palo, ni tampoco el rechace que paró Slavic, por lo que el gol en la acción siguiente de Vieyra sentenciaba el triunfo leonés.

El Ademar encajó 3 goles en el primer cuarto de hora. En el minuto 22, Sabaté ya había pedido 2 tiempos y caían 12-6 El gran inicio propiciaba el soñado final. Era el momento de acordarse de esa salida en tromba, con un 3-0 en cinco minutos que había obligado a pedir ya tiempo al español Sabaté, técnico de los polacos. De esa defensa brutal que hacía que, en el primer cuarto de hora, el Wisla sólo hubiera anotado tres goles y perdiera de cuatro. Del nuevo tirón ademarista, que con otro 3-0 elevaba la diferencia a los seis (12-6) y provocaba el segundo tiempo muerto visitante con sólo 22 minutos disputados. De cómo, cortando el amague de reacción, en la última jugada Mosic marcaba el 15-9 con el que se llegaría al descanso y forzaba la exclusión de Racotea. E incluso de esos momentos de sufrimiento, en los que el ataque leonés se atascó y por contra el polaco se aclaró, provocando que el Wisla fuera reduciendo poco a poco la renta, a base de meter gol en siete de sus ocho primeros ataques y haber hecho ya más tantos en 15 minutos que en toda la primera parte, colocándose así a sólo uno (21-20).

Esos acabaron siendo los recuerdos de una final historia. De la vuelta del Abanca Ademar de las grandes ocasiones. De la consecución de un paso de gigante hacia el objetivo europeo, pues el Plock y el Bucarest, que se enfrentan la próxima semana, se quedan a sólo un punto de diferencia. De un día para disfrutar.
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