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A vueltas con el clima

03/05/2023
 Actualizado a 03/05/2023
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El clima está de moda porque del clima se habla hasta en los saraos, bodas y demás actos sociales donde la petulancia, la ‘sabedotología’ hispana está presente y hace gala de su falta de pericia. Claro que lo más grave se encuentra en la cita cotidiana con el clima de esos bustos parlantes que utilizan el tiempo como algo festivo, recurrente y casi como una tómbola de feria, transformando los telediarios en algo lamentable porque no son fuente de información precisa en muchos casos.

Dejando a un lado la confusión que se tiene sobre clima y tiempo, podemos afirmar que el inmenso carajal que tiene la gente sobre los perjuicios que le amenazan cuando recibe las notificaciones, sobre las temperaturas, amenazas de sequías, falta de agua y lluvias, la actuación del Niño y la Niña, los huracanes bautizados, el anticiclón, las Danas, la actuación del ser humano, el metano de las ventosidades del ganado, el agujero de Ozono…, es abrumador, preocupante y casi apocalíptico.

Si a eso le sumamos la desquiciantes declaraciones de los políticos de turno incitando a que no se coma carne y otras lindezas, mientras ellos dan cuenta de sabrosos chuletones en espléndidos restaurantes o cruzan los cielos en elegantes aviones, la deriva climática esquizofrénica adquiere cotas estratosféricas y no tienen empacho en insinuar amenazas de excluir y hacer frente a los negacionistas, que no son tal si no racionalistas que manifiestan que hay que tener datos fiables para realizar un diagnóstico científico y no contaminado por los intereses comerciales e industriales.

Así que no queda otra que seleccionar la información desde la racionalidad, consultar las investigaciones y certezas que se desprenden de ellas, recobrar el sentido común y la dimensión humana, sobre todo considerar que somos parte integrante de la creación que disfrutamos.

Cambios climáticos ha habido tantos como situaciones climáticas que ha experimentado nuestro planeta, inmerso en esa dependencia que tiene de las leyes universales, de la atracción y composición de los minerales y fluidos , más la relación con su hermosa creación de planetas, satélites, estrellas, galaxias y asombroso universo.

Mas, tomando nota de anteriores secuencias climáticas, no es aventurado suponer que el ser humano va a ser protagonista de su supervivencia y que será resistente a desaparecer del mapa porque buscará refugios, lugares y formas de supervivencia, y que se asombrará de los recursos que emplea y aplicará, dejando a un lado sus sentidos dormidos por esta modernidad de la abundancia, el placer y la apatía, a veces, absurda, y un poco idiota.

Las alteraciones atmosféricas, las diferencias térmicas y pluviométricas cada vez son más evidentes, los huracanes, tifones, ciclones son más violentos, incluso se extienden a zonas que los desconocían recientemente al menos, aunque, sí quizás, hubieran tenido lugar en otros tiempos y lugares. Los incendios cada vez proliferan más.

Por eso sería interesante que aquellos que tienen la obligación de informar y manejar los datos, tengan la honradez de trasladar esa información de forma precisa, preventiva e instructiva, con el din de organizarse ante los eventos que pueden suceder, debido a las consecuencias de la manifestación de estos fenómenos y para que las gentes adopten un comportamiento conductual así como de supervivencia.

Hasta la fecha no oímos apenas argumentos científicos y sí en cambio resoluciones banales de expulsiones de gases animales a la atmósfera, protecciones animalistas de sensibilidad finísima, movimientos de prohibiciones de espectáculos tradicionales, actividades más de cara a la galería y a lograr subvenciones que a racionalizar las actividades y cuestiones que superan este espacio.
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