A ver si nos aclaramos

09/03/2022
 Actualizado a 09/03/2022
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Una de las anécdotas más repetidas de los viejos tiempos del cubalibre en vaso de tubo, las discotecas y los mozos de los pueblos que iban todos juntos de fiesta –ocho en un coche, mientras que ahora para ir ocho se necesitan nueve coches– es una de una verbena que acabó en pelea, algo que, la verdad sea dicha, tampoco es que resultara tan extraño, hasta hay quien cree que formaba parte del programa.

El caso es que cuando ya llevaban un buen rato de voces y amenazas, carreras y un retador «te espero afuera» se encontraron en el medio de la pista dos vecinos del mismo pueblo, con el puño levantado para descargarlo contra el otro, y al darse cuenta uno preguntó: «¿Si somos todos de los mismos porqué nos estamos pegando? A ver si nos aclaramos y ponemos las cosas en orden». Diez minutos más tarde todos comían pollo frito en Casa Machín, en Huergas.

Pues eso. A ver si nos aclaramos, que aquí todo el mundo se empeña que sus opiniones sean dirección obligatoria y las de los demás sean dirección prohibida. Pero a la vez rige otra administración que cambia las direcciones prohibidas a obligatorias y viceversa, que quiere decir al revés.

Con lo cual, a ver si nos aclaramos y nos explican bien para dónde quieren que vayamos porque igual tenemos el puño cargado para dispararlo al de enfrente y resulta que es tu hermano.
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