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A ver en qué para la truena

29/07/2018
 Actualizado a 17/09/2019
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Tengo yo aquí sentado a la derecha a uno que le llaman Lady Matices (en lleunés Sergio, como es de Salamanca) y viene el apodo en lo tocante a que él, sea lo que sea, lo matiza. Y vengo yo en pensar, después del asunto de las patronales, que no le va a faltar razón, que todo depende...

Así, sin ir más lejos que hay que volver y la gasolina subió otra vez, me acuerdo de cuando mi amigo Toñín, al que llamábamos Cubalibre (quisió por qué, que dirían las mujeres del chiste de Lolo) y yo mismo éramos de la Comisión de Fiestas; resulta que dimos en concienciarnos y por miedo a que a la gente le fuera a hacer daño la bebida del ambigú de la comisión pues barruntamos en probarlo todo por un por si acaso, que no hubo caso. Pero se hablaba en todo el pueblo de nuestro compromiso con lo sanitario y las mujeres a la salida de misa, venidas arriba con las palabras del Dominico predicador, preguntaban unas a otras.

- ¿Y cuánto dice que bebieron?

Y ahí era cuando mi amigo Cubalibre entraba al matiz: «Eso está mal preguntado, la pregunta no es cuánto bebieron, la pregunta es cuánta sed tenían». Y con razón, porque se podía haber dado el caso –que no era el caso– de que hubiéramos bebido menos de la sed que teníamos y los tumbos en el avance y la imposibilidad de subir escaleras fueran síntomas de una deshidratación severa, que en estos tiempos de canícula decía Sidoro que te coge con la matriz baja y vete a ver en qué para la truena.

Al suco, que me esnorto. El caso es que en las patronales recientes el funcionario Juan José, encargado del servicio de recogida de cadáveres vivos pero perjudicados, estuvo al pie del cañón toda la noche y por la mañana fue a dormir. Pero había en casa sobrino o similares y cuando se quedaba, en el sofá, «el puto guaje disparaba bolas de la fiesta», y después quería jugar al balón, y después le dijo a Juan José que le hinchara unos globos y se los hinchó. Y El puto guaje los llenó de agua y cuando el funcionario se quedaba, se los explotó encima.

Pues cogió y marchó para el bar, qué remedio, y decían las mujeres: «Está sin dormir».

- No te jode; matizaba Juan José.

A ver si ahora va a ser suya la culpa.
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