Se les venía echando en cara a los viejos párrocos aquello de que «trabajáis media hora a la semana y con vino», en aquellos tiempos en los que la ‘empresa’ andaba boyante y podía tener un cura por parroquia. Ahora la noticia es que si beben vino en todas las misas que dicen un domingo acaban dando positivo en el control de alcoholemia... Si es que se lo hacen.
Tal vez por ello al Santo Froilán le ponen agua en el único día del año que le sacan «a trabajar» de su ermita en los montes de Valdorria. Que ya tiene su guasa que trabaje un día al año y sea precisamente el 1º de Mayo, confirmando que la Iglesia y el obreraje han llevado tradicionalmente caminos divergentes.
Tal vez sea una venganza de los grupos ecologistas y animalistas contra un santo cuyo principal mérito para llegar desde los montes de Valdorria a patrono de la diócesis de León ha sido uncir al yugo a un lobo y ponerlo a trabajar en el transporte de piedras para construir la ermita (bien es verdad que tiene poca defensa el lobo pues antes se había comido al otro burrín, el que trabajaba en el transporte de la piedra).
Imagino, además, que a base de trabajar con agua bajará la eficacia milagrera del obispo Froilán, al que volvieron a pedir agua y la cosa no tiene muchas trazas de hacerse realidad, como mucho unas tormentas.
Tal vez sea culpa del pregonero, en esta ocasión un consejero de la Junta. Aunque también en este tema hay que tener una medida pues recuerdo un año que eligieron para tal menester a un recordado director del Diario de León y casi quedamos aislados por la nieve, pues fue pedir agua y empezar a nevar a copo limpio.
Y nos pilló sin cadenas para bajar por aquellos angostos caminos, que el milagro fue regresar.
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