A misa de diez con mascarilla

Las iglesias abren sus puertas de nuevo y los primeros feligreses participan en las eucaristías tras dos meses

Sergio Jorge
18/05/2020
 Actualizado a 18/05/2020
Un momento de la eucaristía celebrada en la mañana de este lunes en San Isidoro. | MAURICIO PEÑA
Un momento de la eucaristía celebrada en la mañana de este lunes en San Isidoro. | MAURICIO PEÑA
A las diez de la mañana de este lunes San Isidoro ha vuelto a abrir sus puertas. En la entrada se ha situado el abad, Francisco Rodríguez Llamazares, que ha recibido a los pocos feligreses que han querido acercarse al templo en la primera eucaristía que se celebra desde que se decretó el estado de alarma, hace más de dos meses. Han sido poco más de media docena los que han acudido a la iglesia, pero según ha reconocido el máximo responsable de la colegiata, la gente aún no estaba muy enterada de las condiciones ni de los horarios, de ahí que faltaran muchos de los habituales, que antes de la pandemia podían ser en torno a 60 cada día a esa hora. Pero también ha influido el miedo, que hace que algunos prefieran quedarse en su casa.  

El abad iba informando a todos los que entraban en San Isidoro, algunos de ellos nada más abrir para así poder confesarse, de las medidas que había que cumplir para asistir a la celebración. Un dispensador de gel de manos es lo primero que ven los creyentes nada más entrar, pero también tienen que tener en cuenta que la mascarilla no se la pueden quitar y el sitio que elijan tiene que ser alguno de los marcados con una x roja. 

El aforo máximo de San Isidoro es de unas 260 personas, por lo que mientras continúen las restricciones de un máximo del 30 % de su capacidad, solo pueden entrar en el templo hasta 78 personas aproximadamente, por lo que no habría problema para acoger a todos los habituales en las misas de primera hora. 

Pero antes de que hayan llegado los feligreses, San Isidoro había sido totalmente desinfectado, tanto el propio espacio como el mobiliario y los ornamentos litúrgicos, para así garantizar las condiciones higiénicas para los asistentes y para el propio sacerdote. Pero no son las únicas cuestiones que han cambiado, porque durante las celebraciones no se podrá dar la mano y hay que respetar la distancia social cuando se va a comulgar, en un acto en el que no se debe decir 'amén' y la comunión se coge con la mano, y se introduce en la boca tras bajar la mascarilla, que no hay que quitarse en ningún momento. 

El sacerdote que ha oficiado la primera eucaristía en San Isidoro ha sido Luis García Gutiérrez, que ha dado la bienvenida a los presentes y ha empezado la celebración pidiendo "al Señor que se vuelva pronto a la normalidad", además de expresar su deseo de que se encuentre pronto cómo acabar con el virus. 
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