10/12/2017
 Actualizado a 18/09/2019
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Amí no me joder pero os estáis esnortando de una manera que la brújula de Tamósfera dice que el Norte es un bar de San Mamés.

«Mira que hay gente por el mundo y vas a venir tú de vecino», le decía Doradía a Perrotonto. Pues eso. Mira que hay gente, sin ir más lejos, que hay que volver y menudo precio tiene la gasolina, ahí está Daniel el de Corcos, un tipo que no se rinde ni aunque venga Puigdemont a darle un discurso a casa, que estaría a medio camino entre tortura y mandanga. O su madre, la de Daniel, que lo cuida con mimo después de haber parido a 17 hijos y criado a 15, siempre con la puerta abierta y garbanzos en el pote, para quien llegue.

Y estando Daniel ahí andamos preocupados de qué misterio del Santísimo Rosario le toca rezar esta mañana a Junqueras, que él insiste en los dolororos pero la verdad a mí me da que lo mejor es que rece los gozosos.

O sin ir más lejos, que hay que volver y menudo precio tiene la gasolina, ahí está Amparo, la de Velilla de la Reina, otra que habría que ponerle un monumento. Hablé de ella en un libro y se me olvidó lo mejor, vaya cabeza. Amparo ‘sólo’ crió siete hijos... suyos, pero fijaron cómo es el corazón de esta mujer que a cada hijo le dio leche durante dos años, lo que hace 14 años. Pues muchos niños nacidos en ese tiempo y cuya madre tuvo problemas —no tenía leche, una infección... —¿qué hacían? Pues a Amparo. «Daría de mamar a más de veinte, y lo volvería a hacer, que un niño criado con leche sale para adelante».

Y estando Amparo ahí nosotros preocupados de si R. Brey sabe que somos la Cuna del Parlamentarismo cuando la culpa es nuestra, por preocuparnos y por no haberlo publicado en el Marca. Ya sólo faltaba que también leyera La Nueva Crónica.
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