A los niños los carga el diablo

11/02/2016
 Actualizado a 01/09/2019
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Está disfrazada pero no lo necesita para camuflarse. Los niños siempre están camuflados, siempre parece que no están pero lo van grabando todo en ese disco duro que en su infantil mente.

Y después ocurre lo que ocurre. No sabías que estaban atentos y cuando menos lo esperas surge la pregunta más inoportuna. No olvidaré una, de manual, en las oficinas de un ambulatorio donde la niña subió a ver a su madre después de la revisión de los siete años. Le dieron caramelos, palos de mirar las anginas, cuentos de propaganda de laboratorios... la niña estaba feliz pero notó que se había hecho un sospechoso silencio cuando salió un señor de una de las puertas.

- ¿Y esta niña tan guapa?

- Dile cómo te llamas.

Elena no dijo nada.

- Dile cómo te llamas a este señor que es el jefe de mamá; tercia otro de los trabajadores.

- Pues mamá le llama ‘El cabrón’.

A los niños los carga el diablo. Escena 2, en un autobús.

- Un billete, ¿la niña paga?

- Cuántos años tiene.

- Cuatro.

- Mamá, que ya tengo cinco, que ya celebré mi cumple.

- Ya, pero es que lo celebraste antes;dijo un genial autobusero.

A buen seguro que tiene niños a los que también carga el diablo.
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