Muchos rincones de toda la provincia cuentan entre sus tradiciones con un dulce con el que rematar una buena comida o tomarse un café. No se puede pasar por Astorga sin probar sus mantecadas, ni sus hojaldres, ni tampoco su chocolate.
Visitar la montaña leonesa puede dejar buen sabor boca si se prueban los nicanores de Boñar, la reconocida tarta de trucha o los lazos de San Guillermo, típicos de Cistierna. Los peregrinos pueden coger fuerzas también al entrar en la provincia de León si prueban los amarguillos en Sahagún o las clásicas galletas de ferro de Calzada del Coto. En el sur de la provincia tampoco pueden faltar los imperiales de La Bañeza y los turistas que visiten León no pueden irse sin probar el mítico caramelo ronchito. Son solo algunos ejemplos de un territorio rico en artesanos reposteros donde también se consumen dulces estacionales como las rosquillas de San Froilán, además de las clásicas orejas de Carnaval o torrijas de Semana Santa.
La mayor parte de estos productos se comercializan tan solo en la provincia o en la zona de producción, aunque el turismo y el mismo Camino de Santiago han internacionalizado muchos de estos dulces. También ha ayudado a su promoción la creación de tiendas online por parte de alguna de las compañías del sector, que permiten enviar los dulces a todo el país. También hay productos, como los singulares nicanores de Boñar, cuyos hojaldres conservan la receta secreta, que se distribuyen en tiendas de toda España.
Una asociación para crecer juntos
Sin embargo, a pesar de la amplia y rica variedad de repostería artesanal con la que cuenta la provincia, tan solo uno de estos productos, las mantecadas de Astorga, tiene una marca de calidad en forma de Indicación Geográfica Protegida (IGP) que avale su calidad y aglutine a las diferentes marcas que las elaboran. El resto de empresas que se dedican a la elaboración de dulces típicos de la provincia están escasamente organizadas para la búsqueda de oportunidades de carácter público o privado, careciendo de fuerza asociativa y representativa, más allá de promocionarse con marcas como ‘Productos de León’ o ‘Tierra de Sabor’, una agrupación que la Diputación ha puesto en marcha en este mes de la repostería artesanal a petición de algunos empresarios del sector, que aglutina alrededor de un centenar de compañías repartidas por toda la provincia y que emplean a unas 300 personas.Ha sido la institución provincial la que ha recogido la petición de algunos negocios de este sector para agruparse y formar la asociación que se denominará Dulces de León, que arrancó con una reunión este junio, aprovechando la celebración del mes de la repostería artesanal dentro de la capitalidad gastronómica. Todos los profesionales que desarrollen su actividad dentro de la provincia de León están llamados a formar parte de esta organización que pretende generar una unión a través de la que dar más peso a la calidad de sus productos.
Esta agrupación se impulsa desde el área de Desarrollo Económico de la Diputación, teniendo en cuenta que en la provincia de León existe tradición y cultura repostera desde el siglo XVIII hasta la actualidad, habiendo sido puntera en varias etapas de los tres últimos siglos en las que han destacado afamados reposteros, pasteleros y confiteros que han elevado sus conocimientos y sus elaboraciones al máximo grado de maestría con productos que identifican León.
El mes del dulce en la capital gastronómica dejará, por tanto, sentadas las bases de una nueva organización, a pesar de la escasez de actos organizados en torno a los diferentes productos típicos durante junio, y se cerrará mostrando que en lo que se refiere a repostería artesanal, León también tiene mucho que decir.