A las luces coloradas

Ahora que el presidente don señorJuanvi se retira a sus cuarteles de invierno –siendo de Burgos no hay otra solución– ya puedo contar el sucedido que me corroe por la zona de la matriz y además me libero de los chantajes a los que con cierta asiduidad me someten Farraperas, Cuatropadres, El Tumbao, Mediagorra o Mesiapraos, todos ellos miembros de la comisión de desarrollo para la ruralidad que un año tras otros se pegan por hacer un exhaustivo informe que sobre la «Situación actual y proyección de futuro de los bares de luces coloradas con señoritas que fuman», que además de no ser un trabajo duro cuando la propia les echa en cara que «vieron el tú R-12 amarillo TS 'averao' a la puerta de un Club» siempre puedenalegar que estaban «cogiendo datos para el informe».

Y si me da por argumentar que además se intuye una cierta tendencia a neones rápidamente me amenazan: «Tú a callar si no quieres que contemos lo tuyo conel presidenter Herrera», que no me negaréis que es una expresión que abre todo tipo de posibles fabulaciones y, además, irrefutable.

Fin de la cita. Fin del chantaje.

La cosa viene en lo tocante a que el citado Don Señor Juanvi me pidió ir conmigo a un corro de los aluches para hacer media comunidad. Y me invitó a comer pagando a tocateja. El restaurante era nuevo y él perro viejo y cuando le dijeron: «Firme aquí para inaugurar el Libro de firmas de la casa» pero él se empeñó en que firmarámos los dos. Y yo estampé allí debajo del presi.

Los tiempos son lo que son, la crisis una cosa terrible y el restaurante se convirtió en un Bar de Luces Coloradas con Muchas Señoritas que Fuman, y cuando allí sale la conversación de que en el sector hay mucha cosa cutre pues las señoritas –«incluso las rusas», suele apostillar Mediagorra– tiran de libro de firmas y le preguntan: «Tú, mi amor, ¿sabes quién es Vicente el herrero?» y los cabrones de mi pueblo y su alfoz se ríen: «Vicente, poco, pero el otro...». Y le hacen fotos, y el ‘wasap’ y el contubernio de Moscú.

Menos mal que lo dejaste Vicente, se acabó el sinvivir, tenemos que quedar un día para ir a ver el libro de firmas. Por curiosidad, no vayas a creer. Como todos.