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A la sota se le caen las bragas

17/04/2019
 Actualizado a 18/09/2019
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No escuchamos más que sandeces. Nada fuera de lo común teniendo en cuenta que estamos en periodo electoral. El problema es que al ser dobles los comicios, los cantos de sirena de los políticos nos llegan elevados al cuadrado tomando sus palabras un tono de monserga con el consiguiente dolor de cabeza que esto provoca en el personal. Anden con ojo, el cinismo campa a sus anchas estos días y la campaña electoral no le será ajena aunque viva en un pueblo. Los políticos se han empeñado en que estos sean el fondo para sus fotos y aprovechan para hacerse los sorprendidos con eso de que el Fendt lleve GPS en un intento de camaradería con el paisanaje. Van de entendidos recordando que los Ebro traían una liebre y una tortuga como velocidades pero de quitar escardamulas a las habas no les pregunten. Son expertos en hacer el Carnaval fuera de temporada y cuando ponen un pie en ese entorno rural en el que quieren hacernos creer que se sienten como en casa, rugen los bombines de las puertas sintiéndose dar la vuelta a la llave no vaya a llegar el meapilas de turno que no vino a hacerse ninguna foto en la consulta del médico cuando no había médico ni se acordó de hacerse un selfie con los millones de baches de la carretera de acceso a la localidad.

Si se encuentra con uno de estos políticos y le pide subirse a su tractor, cuéntele lo que hacemos en el pueblo con sus papeletas. Sí, esas que sobran por montones después de los comicios. Explíquele que aquí la vida sigue después de ir a votar como lo ha hecho siempre y que a esos papeles de listas (y listos) los damos la vuelta y los utilizamos para anotar los tantos de las partidas a la Subasta y al Mus.

– Anota el tanto y reparte, anda. Que a la sota se le van a caer las bragas.
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