¡A la reina, a la reina!

La captura de la líder, que es seguida ciegamente por todos sus súbditos, es la forma de trasladar las colonias –de abejas, claro–

D.L. Mirantes
20/06/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Un enjambre de 2016 en Álvaro López Núñez. | BOMBEROS AYTO LEÓN
Un enjambre de 2016 en Álvaro López Núñez. | BOMBEROS AYTO LEÓN
No caben dos reinas en una "casa", una se tiene que ir y con ella mueve a todo a su séquito. Conforme va creciendo el número desúbditos el espacio se reduce hasta el mínimo y la feromona real ya no llega para todos los que viven de ella. Entonces la supervivencia se abre paso y nuevas reinas llegan al mundo, lo que suele acabar forzando la marcha de las más longeva, que vuela en busca de nuevos horizontes. Por supuesto, una reina nunca se va sola. Cede el trono, pero no el reino. Con ella se mueve una corte enorme, que cuando encuentra acomodo en su nueva ubicación causa gran revuelo y expectación. El fuerte zumbido de la ‘caravana real’ llama la atención de los ciudadanos, que no están acostumbrados a estos acontecimientos y que en la medida de lo posible, por líneas generales, tratan de evitar acercarse. Sin embargo, las precauciones se limitan a las distancias, porque el gran revuelo que generan estos traslados provoca multitud de comentarios del tipo "no tendrán otro sitio", "con el daño que hacen" o "yo es que les tengo alergia". La situación se suele corregir con la llegada de la autoridad competente que, pese a que a veces se pueda demorar más de lo deseado, suele terminar con el problema cuando pone a la reina a la sombra, lista para su nueva colmena, claro, que de abejas trata el asunto, la preocupación que desde el pasado jueves tiene pendiente a los servicios municipales de Salubridad Pública, Bomberos, Policía Local, el servicio de alumbrado público o los apicultores profesionales encargados de su captura –la de las abejas, no sobra recordar–.

Con la llegada de la primavera, después de un año de abundantes precipitaciones, las altas temperaturas favorecen el desarrollo de estos antófilos, un linaje monofilético con más de 20. 000 especies conocidas, industriosos insectos maestros de la dulce transformación del néctar de las flores, su divino bálsamo, que no compensa el peligro de sus picaduras.

En los próximos días pueden aparecer más colonias en la ciudad si las condiciones meteorológicas persisten Por el momento la convivencia sin incidentes graves con estas comunidades –de abejas, hay que insistir– está reservada a muy pocos humanos. Uno de ellos es Miguel Alonso, veterinario de la Asociación Leonesa de Apicultores (ALA), que asegura que los enjambres no son peligros si nadie se acerca a ellos más de los que dicta el sentido común. "No atacan", afirma, "salvo que se vean amenazadas" –no olvidar, las abejas–. Pese a ello, como explica Alonso, cuando se detecta un enjambre es preciso activar los protocolos establecidos para su traslado a un lugar adecuado a su naturaleza. Toda vez que los ciudadanos alertan a la Policía Local o al sistema de Emergencias, desde el Ayuntamiento se ponen en contacto con profesionales de la apicultura para la captura de la reina, a la que sigue el resto del enjambre. Además de la vestimenta de seguridad imprescindible, se utiliza el humo, que "calma" a las abejas. Tomadas las precauciones necesarias, el apicultor introduce a la reina en un panal de cera vieja con algo de miel que se deja abierto unos minutos para que, "como en una procesión", todos los súbditos acudan junto a su reina, rumbo a una vida mejor. "Son seres vivos", recuerda Miguel Alonso, y como recalcan todos los servicios implicados y exige la normativa, en cada intervención se trata de evitar el más mínimo daño a los animales.

Por otra parte, de cara a los próximos días, si se mantiene la situación meteorológica, Miguel Alonso avanza que se pueden registrar nuevos casos como los ocurridos en el pasaje de Ordoño II, donde el lunes se retiró un enjambre de la marquesina de un comercio, o el de la confluencia de las calles San Agustín y Gran Vía de San Marcos, donde otro enjambre fue retirado de un semáforo el pasado viernes, después de que sus integrantes también se posaran en una fachada cercana. Los incidentes se podrían repetir en los próximos días, según explica Alonso, por la "alta entrada de néctar" en las colmenas, después de "mucho tiempo encerradas". Los enjambres podrían volver a lugares en los que ya se han posado si detectan restos de asentamientos anteriores, aunque es solo una posibilidad, afirma el veterinario de ALA.

Cabe recordar la situación no es una novedad y que en otros años se han registrado episodios similares en León y en otras ciudades. Como bien sabe la opinión pública, es natural que una reina deje a su predecesora fuera –por última vez, de la colmena.
Archivado en
Lo más leído