31/10/2020
 Actualizado a 31/10/2020
Guardar
Incontrolable. Así es como se ha vuelto la expansión del coronavirus en España y en gran parte del mundo. Es necesario, por más que creamos haber avanzado en el análisis del covid-19, reconocer que el virus actúa imparable captando a sus víctimas a pesar de restricciones, uso generalizado de mascarillas y cierto distanciamiento social. ¿Qué ocurre? ¿Qué nos sucede a los españoles? ¿Por qué somos uno de los países que peores resultados está obteniendo en el control de la pandemia tanto en la primera como en esta segunda oleada? Basándonos en la estadística oficial somos los sextos en número de casos, por detrás de Estados Unidos, India, Brasil, Rusia y Francia, que desde ayer se nos ha adelantado. Como podemos comprobar, quienes están delante se corresponden con territorios mucho más extensos y poblados, por lo que nuestra situación, salvo la actual de Francia, es dramática.

Tenemos que frenar de nuevo la curva o en menos de un mes la situación será un caos colectivo. No creo que podamos encontrar un solo culpable. Seguramente nuestra propia cultura de bar y chiringuito tiene algo que ver, para muchos estar a las diez en casa es una tortura. Los gobernantes tampoco ayudan, yéndose de fiesta y no haciendo todo cuanto está en su mano para llegar a macro acuerdos de Estado que nos hagan vencer y resurgir como país, prefieren enzarzarse en absurdas e inútiles mociones de censura que no les sirven ni para lucir músculo mientras cada 13 minutos un español muere. Sumemos a eso diecisiete autonomías, diecisiete ordenamientos distintos ante un mismo problema con resultados a veces asimétricos, es cierto, pero actualmente en la misma batalla, en el mismo dolor. ¿No sería más eficaz un mando único durante un tiempo?

Nos esperan meses muy duros. Una navidad triste y confinada. Teletrabajo y paseo. Perímetros. Manta y serie en el mejor de los casos. Tomemos conciencia de ello, no será el fin. Lo urgente es vivir.
Lo más leído