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A la caza de un candidato

20/11/2022
 Actualizado a 20/11/2022
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Parece una ironía. En el PP de León no hay navajazos. Ni siquiera signos de amagar con el baldeo. A estas alturas el partido es una balsa de aceite. Un paraíso seráfico al lado del Bernesga y sus ordenadas (y desordenadas) riberas. Eso de sacar la faca para apuñalar al que se ponga por delante es cosa de otros tiempos. Está superado. En definitiva, que según el viceportavoz ‘pepero’ en el Ayuntamiento de León, Fernando Salguero, no hay, a día de hoy, cuchilladas (ni codazos maliciosos) para encabezar la candidatura conservadora al Consistorio de Ordoño II en 2023. Dado el desierto por el que transitan y los pocos oasis donde refugiarse, es natural que así sea.

Y no hay navajazos, porque a excepción de algún lastre que todavía pulula por la ciudad con su clásica arrogancia del sabelotodo (o de las sabelotodo, mejor dicho), el resto de la comandita –la afecta a las intrigas y a los empujones–, se ha puesto de perfil, mira para otro lado y silba ‘El Puente sobre al río Kwai’, que queda muy bien y muy peliculero. Total, que no hay a quien pegarle un navajazo porque nadie enseña la patita y mucho menos las espaldas.

Cuentan los cronistas de barra y tapeo –esos mismos que hormiguean por el número 25 del Paseo de Salamanca– que la última esperanza por la que se apostaba –en concreto la delegada territorial de la Junta, Ester Muñoz– le ha dicho a Mañueco que no está dispuesta a beber ese cáliz. Que se encuentra muy a gusto donde está y que crucifiquen a otro. Porque lo que se barrunta entre los ‘populares’ y su techo de simpatizantes es una crucifixión en toda regla cuando se abran las urnas el 28 de mayo próximo. En definitiva, un amargo Gólgota que no desea para sí quien apuesta por su continuidad en la primera línea de la política. Y es el caso de la que fue senadora.

Además de todo ello es muy fácil intuir que a mediados de febrero salte el partido por los aires. Para entonces se sustanciará en los juzgados la denuncia del alcalde de Villaquilambre por la cuestión de las (presuntas) afiliaciones irregulares, que auparon a la presidencia provincial a su homólogo de Almanza. Y el asunto no pinta bien. Si la acusación prospera –y todo apunta a ello– el escándalo estará servido. Y no en bandeja de plata. A tres meses de las municipales el desparrame podría ser insalvable.

Con este panorama a ver quién es el guapo que da un paso al frente y se echa a la chepa la responsabilidad de la candidatura. En el PSOE no dejan de frotarse las manos. Al final tendrá que ser Mañueco, ‘manu militari’, el que apunte con el dedo índice al cordero pascual del sacrificio. Total, que el Partido Popular de León está manga por hombro, cuando mejor soplaba el viento a favor. Es para troncharse.
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