A juicio por tratar de estrangular a una camarera en San Andrés que no le quería dar el dinero de la caja

Por la fuerza habría conseguido su propósito y se llevó los 70 euros que había en la caja registradora

I.H.
23/05/2019
 Actualizado a 17/09/2019
Un hombre se enfrenta a ocho años y medio de cárcel como autor de un presunto delito de robo con violencia en local abierto al público y otro de lesiones por unos hechos que se remontan a mayo de 2018. Según relata el fiscal en sus calificaciones provisionales, el acusado entró en un bar de San Andrés del Rabanedo pasados unos minutos de las siete de la mañana el 24 de mayo del pasado año y se dirigió a la camarera exigiéndole que le entregara el dinero de la caja amenazándola con una navaja y diciéndole que la iba a matar. Señala el Ministerio Público que el procesado la golpeó «brutalmente» con «puñetazos y patadas por todo el cuerpo, llegando a golpearla con botellas de cristal en la cabeza, estallando algunas de ellas en su rostro, agarrándola por el cuello con las manos tratando de estrangularla», consiguiendo, de esta manera, apoderarse de los 70 euros que había en la caja registradora.

La víctima habría sufrido, a consecuencia de estos hechos, múltiples heridas y lesiones y un cuadro de estrés agudo quedándole como secuela un trastorno neurótico grave que repercute a su vida social y laboral.

El acusado, en el que entiende el fiscal que concurre la agravante de reincidencia, está en privado de libertad por esta causa desde el días después de los hechos. Además de las penas de prisión que el Ministerio Público solicita para el procesado (cinco años por el delito de robo con violencia en local abierto al público y tres años y medio por el de lesiones), también reclama que indemnice con 33.000 euros a la víctima por las lesiones y las secuelas y con 70 euros a la propietaria del bar, a la que también habría de pagar el coste de los desperfectos causados en el local que aún no han sido tasados.

El juicio está señalado para el 16 de julio en el Juzgado de lo Penal número 2 de León. La defensa niega lo expuesto por el fiscal pues, si bien sí reconoce que entró en el bar para sustraer lo que encontrara allí, lo hizo bajo el síndrome de abstinencia, y que aunque hubo un forcejeo entre su representado y la camarera, en ningún momento la amenazó. Por todo ello, pide que se le exima de toda responsabilidad por una actuación derivada del síndrome de abstinencia que sufría por su dependencia a la cocaína y a la heroína.
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