El procesado, mayor de edad y cuyos antecedentes penales no constan debidamente incorporados a la causa, conoció en septiembre de 2020 a un joven menor de edad, que entonces contaba con 13 años. Se comunicó con él, según expone el fiscal en su escrito, «a través de una aplicación de contactos» entre personas del mismo sexo en la que el menor había creado un perfil de una persona mayor de edad. Iniciaron en ese momento una comunicación en la que el acusado a animaba al joven a mantener relaciones sexuales y le enviaba fotos y vídeos de contenido sexual, a lo que el menor de edad respondía «en ocasiones» enviando también fotos suyas.
Tras varias semanas y «ante la insistencia del procesado», que llegó a ofrecerle 20 euros por mantener relaciones sexuales, aproximadamente a finales del mes de septiembre de 2020 recogió en su casa al menor y ambos se trasladaron en el vehículo del procesado hasta su vivienda. En ese momento, en las conclusiones provisionales se subraya que pudo y debió darse cuenta el acusado de la «verdadera edad» del joven, como consecuencia de su aspecto físico, pese a lo que siguió adelante «guiado por el ánimo de satisfacer ilícitamente su apetito sexual», explica el fiscal.
Mantuvieron relaciones sexuales completas sin utilizar ningún método profiláctico, pese a ser conocedor el procesado de «ser portador del virus VIH», información que no facilitó al menor. En el escrito se explica entonces que, además, el menor le había pedido que utilizara protección, aún sin conocer este extremo, a lo que el hombre se negó. El joven «no se infectó», explica el fiscal, aunque pudo haberlo hecho, y tuvo que someterse «a una pauta de profilaxis postexposición».
Tras lo sucedido, «y durante más de un año», en el escrito se señala que «el procesado, guiado por el ánimo de menoscabar la indemnidad sexual del menor», siguió contactando con él vía whatsapp y sms, enviándole en ocasiones hasta cuatro o cinco mensajes diarios con el objetivo de quedar con él para mantener relaciones sexuales y «ofreciéndole en alguna de estas ocasiones dinero a cambio de practicar sexo».
Los últimos mensajes entre ambos son de los días 4 y 5 de diciembre de 2021. En el primero, el procesado, a través de whatsapp, trataba de quedar con el menor para tener sexo utilizando expresiones del tipo de «¿deseas rabo?, ¿voy a por ti?, ¿y si vamos deprisa a mi casa?», y tras decir que no el menor, insistió al día siguiente enviándole un archivo de imagen y deseándole «sexo y feliz domingo». La madre del chico descubrió estos últimos mensajes y fue la que formuló la denuncia ese mismo día, 5 de diciembre de 2021, ante la comisaría de la Policía Nacional.
En tratamiento psicológico
Como consecuencia de todo lo ocurrido, explica el fiscal, «el menor está en tratamiento psicológico semanal, presenta síntomas de estrés postraumático, emociones negativas, miedo, culpa o vergüenza, síntomas de hipervigilancia y reactividad, dificultad para concentrarse, se sobresalta fácilmente, mantiene una actitud de alerta, y presenta también una disminución del peso corporal por falta de apetito y bajo rendimiento escolar».Prisión provisional
Por su parte, el acusado se encuentra en situación de prisión provisional desde el 7 de diciembre de 2021, tras haber sido detenido el 5 de diciembre de ese mismo año, día en el que se formuló la denuncia. Está acusado de un delito de agresión sexual a menores de 16 años, otro de tentativa de lesiones, y uno más continuado de corrupción de menores en concurso de normas con otro continuado de agresión sexual a menores de 16 años por los que para la Fiscalía procede imponerle un total de 17 años de prisión.De cara al juicio que se celebra en la Audiencia Provincial este martes y miércoles, pide para él nueve años de cárcel por el primero de los delitos y libertad vigilada durante diez años más, además de su inhabilitación especial para el ejercicio de los derechos inherentes a la patria potestad, tutela, curatela o acogimiento durante diez años, la inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades, sean o no retribuidos, que conlleven contacto regular y directo con personas menores de edad por el mismo periodo, de diez años posteriores la pena privativa de libertad impuesta. Reclama también que se le prohiba aproximarse a una distancia no inferior a 500 metros y comunicarse por cualquier medio con el menor de edad los ocho años siguientes a que cumpla su condena.
Por el segundo de los delitos le reclama dos años de cárcel y por el tercero seis más, a los que añade la medida de libertad vigilada durante ocho años y su inhabilitación en términos similares a los expuestos por el primero de los delitos.