A Guarda, un mar de experiencias

Un destino inolvidable, al sur de Pontevedra y frontera con Portugal

Estefanía Niño
02/12/2021
 Actualizado a 02/12/2021
A Guarda ofrece impresionantes vistas panorámicas a la desembocadura del Miño, Portugal y el océano. | A GUARDA
A Guarda ofrece impresionantes vistas panorámicas a la desembocadura del Miño, Portugal y el océano. | A GUARDA
Monte Santa Trega, desembocadura del Miño y costa marítima definen tanto A Guarda como territorio y como destino al sur de Pontevedra y frontera con Portugal. En época estival las playas y rutas de senderismo hacen disfrutar a vecinos y visitantes dejando un agradable recuerdo en la memoria. La panorámica desde el Monte Santa Trega, el olor a mar, el sabor de los platos marineros y el sonido de las fiestas.

Sobran los motivos para visitar A Guarda durante todo el año, fiestas y eventos culturales y deportivos se alternan cada semana. Pero muchos visitantes se sorprenden de la belleza del mar en otoño e inverno.

Una de las visitas obligadas en Galicia es el Monte Santa Trega. El Castro de Santa Trega, el Museo Arqueológico de Santa Trega (Masat), la Capilla de Santa Trega y su gran devoción, la ruta de senderismo, sin olvidarse de las impresionantes vistas panorámicas a la desembocadura del Miño, Portugal y el océano. Una recomendación que no puede faltar ante una visita es contemplar un atardecer desde el Monte Santa Trega o cualquier punto de la costa, son de postal.

Castro de Santa Trega


El Castro de Santa Trega es la muestra de la cultura castreña más importante del noroeste peninsular que se puede contemplar en la ascensión del monte. Se puede observar la estructura del castro y dos viviendas reconstruidas. Su extensión supera las 20 hectáreas y se considera una citania ya que fue habitada por más de 4.000 personas lo que implica una importante urbanización del espacio. Actualmente está al descubierto menos del 20% del castro y la mejor parte conservada se localiza en la carretera de acceso a la cima.

Museos


La cultura es parte del vasto patrimonio de A Guarda, como atestiguan los diferentes museos abiertos al público. Así encontramos el Museo Arqueológico de Santa Trega (Masat), situado en la cima del monte, que conserva los vestigios encontrados a lo largo las excavaciones, como fíbulas, botones, empuñaduras, monedas o diversos objetos líticos y cerámicos.

El Museo del Mar, al final del paseo marítimo, es otra opción. Este edificio es una atalaya, una reconstrucción militar, que acoge dos colecciones museísticas: una etnográfica con una muestra del antiguo trabajo en mar de A Guarda y otra malacológica, con una selección de conchas de mar del mundo.

La historia llevará nuestros pasos hacia el Castillo de Santa Cruz, desde 2013 está abierto como espacio público. Esta fortaleza se construyó en torno al 1664 y forma parte de las fortalezas y de los sistemas defensivos construidos en el tramo final del río Miño de España y Portugal durante la Guerra de Independencia en el siglo XVII.

Puerto pesquero y playas


Además de la naturaleza A Guarda cuenta con un puerto pesquero muy animado con una pesca de bajura que se ve afectada por la bravura del mar. El Museo del Mar permite acercarse a la historia como pueblo marinero. Contemplar los temporales de invierno, marusías, son espectaculares debido a una costa muy particular que facilita fuertes oleajes. Y con los temporales aparece un fenómeno especial como es la espuma de mar en grandes cantidades llegando alcanzar sendas. Ese fuerte oleaje también sorprende al visitante remontando los diques del puerto pesquero, siendo una imagen muy fotografiada.

Este mar característico y el duro trabajo de las familias marineras a lo largo de años facilitó que A Guarda destaque con su oferta gastronómica, siendo los pilares la calidad del marisco y el pescado de la pesca de bajura y el buen hacer de los restaurantes. Además cuentan con un exquisito postre propio, la rosca de yema.

Las playas fluviales y marítimas destacan por sus características diferentes pero iguales estándares de calidad. A los que les guste disfrutar de la naturaleza y del paisaje del Río Miño, cuenta con cuatro playas fluviales que están enmarcadas por el pinar y se extiende a lo largo de 2 kilómetros formando una bella unidad. Para los que prefieran el paisaje del océano Atlántico dispone de tres playas marítimas, conocidas por las propiedades beneficiosas para la salud que tienen sus aguas.

Rutas de senderismo


Los amantes de la naturaleza pueden recorrer toda la costa atlántica y la ribera del Miño gracias a las rutas de senderismo que se van enlazando: Ruta de la Desembocadura del Miño, senda litoral y ruta de las Cetareas. Rutas aptas para casi todos los públicos y que permiten conocer los diferentes paisajes fluviales y marítimos descubriendo además parte del patrimonio como las salinas romanas, las cetareas o el Museo del Mar.

El Camino Portugués de la Costa


El Camino Portugués de la Costa comienza su trayecto en tierras españolas en A Guarda después de cruzar el río Miño. Parte del embarcadero del ferry y continúa por los caminos rurales cruzando el tramo urbano de A Guarda. Sigue por el casco histórico hasta enlazar en la playa de Área Grande con los senderos de la costa hasta llegar al municipio limítrofe de O Rosal, dejando atrás los 9 kilómetros de recorrido de baja dificultad. En el casco urbano y a pocos metros del camino a Santiago se localiza el Albergue Municipal de peregrinos. Cada año aumenta el número de peregrinos que escogen este camino para su peregrinación a Santiago por la tranquilidad de sus recorridos y los hermosos pai
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