A falta de pan y queso, buenas son gaitas en Valderas

La covid-19 sigue marcando el calendario de romerías en la provincia y las tradiciones se mantienen a la espera de volver a ser las de siempre pero sin caer en el olvido

T.G.
25/05/2021
 Actualizado a 25/05/2021
Atípica jornada de la romería del Pan y el Queso este lunes en Valderas con la música como protagonista. | MAURICIO PEÑA
Atípica jornada de la romería del Pan y el Queso este lunes en Valderas con la música como protagonista. | MAURICIO PEÑA
El Otero de Valderas estuvo este lunes envuelto en una impropia tranquilidad para la fecha que era. El lunes después de Pentecostés es día para saborear la tradición de los pastores de antaño, de aquellos hombres que cuidaban de sus animales y del campo, de los que recorrían las cañadas en busca de los mejores pastos. Con pan y queso se hermanaban con los labradores de la zona en un encuentro a la sombra de la ermita del Otero, allí donde tiene su casa La Pastorcica, virgen a la que veneraban los pastores trashumantes de la calzada Zamorana. De aquellas costumbres nos dejaron esta romería, una fiesta que los valderenses guardan cada año, aunque no desde que la covid-19 marca el calendario de celebraciones de la provincia de León. Pero aunque los tiempos no están para romerías y a falta de pan y queso, buenas son gaitas. Valderas no se olvida de su tradición y a la espera de que esta vuelva a ser lo que siempre fue, el municipio quiso hacer ayer un acto especial con un concierto por las calles del pueblo a cargo de la banda gaitas Sartaina.

La Romería del Pan y el Queso de Valderas llega siempre unas semanas después de la de la Santa Cruz, que se celebra a primeros de mayo. En esta primera La Pastorcica se traslada tradicionalmente a la Iglesia de Nuestra Señora del Azogue y la Virgen del Rosario es portada hasta la ermita del Otero. Durante semanas se intercambian las vírgenes sus casas antes de volver cada una a su altar en el día de la Romería del Pan y el Queso. Este año la tradición repitió una atípica ‘normalidad’ marcada por la pandemia y los valderenses siguen a la espera de poder volver a la sombra de la ermita del Otero como en su día hacían los pastores para no perder la tradición. Mientras vuelven las celebraciones, sonó la música por las calles de Valderas para no olvidar que, a pesar de todo, este lunes fue fiesta.
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