A evitar los errores del pasado

El empate en casa ante el Valladolid B y la derrota ante el Fabril comenzaron el declive que llevo a la Deportiva a la zona de descenso

A. Cardenal
09/02/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Yuri, durante el partido ante el Valladolid B. | A. CARDENAL
Yuri, durante el partido ante el Valladolid B. | A. CARDENAL
La Deportiva afronta los dos desplazamientos consecutivos ante Valladolid B y Fabril con el objetivo de evitar los errores que cometió en la primera vuelta. Aunque el conjunto berciano no empezó la temporada con buen pie, los dos encuentros consecutivos en El Toralín encendieron las primeras alarmas.

Ante el filial pucelano, los blanquiazules no pasaron del empate (1-1) en un partido que parecía que iba a sonreír a los de Carlos Terrazas gracias al gol de Iago Díaz en su regreso a los terrenos de juego tras la lesión de tobillo que le tuvo más de un mes en el dique seco, pero acabó en decepción tras el tanto de Javi Pérez. Aquel empate, el tercero en las seis primeras jornadas, dejó claro que algo no funcionaba y la derrota ante el Fabril (0-1) una semana después fue el inicio del declive que llevó a los bercianos, tras sumar un punto de 18 posibles, a meterse en la zona baja de la tabla.

Y es que tras los tropiezos ante los ‘cachorros’ de Valladolid y Deportivo, la Ponferradina cayó ante Talavera, Navalcarnero y Guijuelo. Tras perder ante el equipo salmantino por la mínima (1-0), los de Carlos Terrazas terminaron la décima jornada penúltimos con seis puntos, los mismos que el entonces colista Valladolid B.

Así, ahora que la Ponferradina empieza a asomar la cabeza y ha logrado un colchón respecto al descenso –seis puntos con la promoción, ocho con el descenso directo–, los dos partidos consecutivos fuera de casa se presentan como la oportunidad de alejar de forma casi definitiva los fantasmas de la Tercera División.


Reacción a domicilio


La Deportiva puede dar el salto definitivo a la zona tranquila de la tabla a domicilio, un lastre que lleva acumulando varias temporadas.

El conjunto berciano se ha acostumbrado a tener dos caras, una en El Toralín y otra lejos de él. Incluso en sus mejores tiempos, cuando el conjunto berciano luchaba por el ‘playoff’ de ascenso a Primera División durante la primera temporada de Manolo Díaz, los problemas a domicilio se hicieron más queevidentes con el transcurso de los partidos y solo ganó tres encuentros en toda la segunda vuelta como visitante.

En la del descenso, un único triunfo ante el Llagostera condenó a los bercianos y en su regreso a la división de bronce solo lograron tres triunfos, todos ellos en la primera vuelta.


Dos rivales irregulares

Si bien la Deportiva está yendo, al menos en cuanto a resultados, de menos a más esta temporada, sus dos próximos rivales no atraviesan su mejor momento. El Valladolid B ha estado durante todo el curso en la zona de descenso y tras una buena racha en diciembre y enero, con tres victorias en cuatro partidos, ha vuelto a atascarse.

En los tres últimos partidos solo ha sumado un punto y un nuevo tropiezo en los anexos del José Zorrilla, unido a un calendario complicado –afrontará dos salidas consecutivas tras recibir a la Ponferradina– pueden dejar hundido al filial blanquivioleta.

El Fabril, por su parte, ha perdido fuelle tras un arranque de temporada prometedor. Aunque la pasada jornada se impuso al Rayo Majadahonda en un duelo directo por la segunda plaza, llevaba cuatro jornadas sin ganar y ha visto reducido su ventaja respecto a la quinta plaza a solo tres puntos.
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