A convertirse en una leyenda mundial

La haltera berciana Lydia Valentín busca esta madrugada el oro en el Campeonato del Mundo de Anaheim, el único que le falta a un palmarés lleno de títulos internacionales

A. Cardenal
03/12/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Lydia Valentín, durante una competición.
Lydia Valentín, durante una competición.
Hablar de Lydia Valentín es hacerlo de uno de las figuras más importantes de la historia del deporte español. Su carrera, plagada de obstáculos y las trampas de sus rivales, le han convertido en un símbolo de constancia y de juego limpio, y aunque le han robado momentos de gloria, su palmarés deja bien claro que ya es leyenda.

Durante la madrugada de este lunes (2:55 horas) la de Camponaraya tiene una oportunidad Mundial. En el Campeonato del Mundo que se está disputando desde el pasado 28 de noviembre en Anaheim, Valentín puede redondear una trayectoria inmaculada con el único oro que le queda por conseguir.

En la categoría de 75 kilogramos es la gran favorita. En una disciplina en la que durante los últimos años la limpieza ha sido la excepción y no la regla, la Federación Internacional de Halterolfilia dijo basta y el pasado mes de septiembre prohibió la participación en eventos internacionales de los países que hubieran dado tres o más positivos en los reanálisis de las muestras de Pekín 2008 y Londres 2012, citas en las que Lydia, legalmente, hubiera disfrutado sobre el podio de una plata y un oro.

Así, en el Mundial que se están disputando en tierras californianas no están Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, China, Moldavia, Kazajistán, Rusia, Turquía y Ucrania, países que lograron 28 de 45 medallas en 2015 y 18 de 45 en los Juegos Olímpicos de Río.

Dos de las tres primeras clasificadas en el pasado mundial que Valentín se perdió por lesión: la china Kang Yue y la rusa Olga Zubova, no pueden participar. Tampoco estará la norcoreana Rim Jong-Sim, actual campeona olímpica, por el boicot del equipo de Corea del Norte a la cita norteamericana debido a las tensiones diplomáticas entre ambos países.

Todo este cóctel de circunstancias hace que la propia berciana vea este Mundial como «la oportunidad de mi vida», aunque no quiere que la presión le juegue una mala pasada. «Tengo muchas cosas a mi favor, pero no me voy a obsesionar», aseguró antes de poner rumbo a Anaheim, donde puede consagrar su leyenda.

La propia Lydia Valentín ya ha reconocido que su carrera tiene fecha de caducidad. Los Juegos Olímpicos de 2020 que se disputarán en Tokio serán la última participación de la haltera en una cita de alto nivel, poco más de dos años que quiere disfrutar al máximo y que afronta con la ilusión de una juvenil. «A largo plazo es mi competición. Ahora me estoy preparando mi último ciclo olímpico y quiero estar en Tokio. Sé que va a ser mi última competición olímpica», confesó en una entrevista a EFE.


Una pionera


En cualquier caso, el deporte español no está esperando a su retirada para otorgarle los homenajes que merece una pionera. Hasta su irrupción, la halterofilia española apenas había logrado grandes gestas a nivel internacional y lograr un triunfo olímpico era poco menos que una quimera.


Así, las medallas en diferido en Pekín y Londres y la de Río de Janeiro, esta vez sí saboreando el podio, fueron las primeras que logró España en esta disciplina en unos Juegos, una barrera que la de Camponaraya derribó a base de ilusión, constancia y trabajo, y que le ha hecho merecedora en este último año de una auténtica cascada de galardones y reconocimientos desde todos los estamentos e instituciones.

Uno de los últimos, el pasado mes de noviembre, fue el Premio Nacional de Deporte. Valentín y los campeones olímpicos de piragüismo Maialen Chourraut y Saúl Craviotto fueron los premiados por su actuación en 2016.
El pasado mes de septiembre recibió el premio Podium a la mejor deportista de Castilla y León, por su contribución al desarrollo y la difusión del deporte de la comunidad.
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