A cojón visto, macho seguro

Cada uno tenemos nuestros momentos para pensar, nuestros lugares para reflexionar sobre lo humano y lo divino. Muchos quizás lo vinculan con el papel higiénico y, ahora que hay bastante tiempo para ello, quizás eso responda a la psicosis por hacer acopio. Para mí, ese momento es el paseo perruno matutino, que estos días se ha convertido en un bien de lujo del que disfruto cada minuto.

Y esos paseos, o simplemente estar escribiendo esto, aún no me permiten asimilar todo lo que estamos viviendo.La sensación permanente de ser un figurante más en la muy publicitada adaptación al cine de un ‘best seller’ no me la quita el paso de los días.

Porque no se crean a aquellos que pregonan ahora el «yo ya lo sabía», el «mira que lo dije» o «se veía venir». Absolutamente nadie imaginaba la situación en la que nos encontramos y, a partir de ahí, todo lo que se ha ido sucediendo no deja de ser una gestión a contracorriente de la que, al menos de momento, no creo que sea menester buscar culpables.

Es imposible gestionar bien semejante crisis sin importar colores, formación o experiencia. Se pueden hacer las cosas mejor o peor, pero lo que no se pueden es hacer perfectas. Los expertos lo advertían, seguro, pero a ver quién es el político que se hubiera atrevido a cerrar fronteras hace dos meses sin el brote en su zona. En ese momento le hubieran obligado a dimitir. Hoy sería un héroe. Tan grande es la capacidad para juzgar de los españoles como su refranero. «A cojón visto, macho seguro».

Solo queda dejar el revanchismo , la irresponsabilidad y el egoísmo, ADNpropio de nuestra Españita, y remar todos en contra de lo que se nos viene encima. Nadie tiene la culpa de esto y salir de ello es responsabilidad de todos.