38 años desde que se borró la Región Leonesa

La Región Leonesa, con las provincias de León, Zamora y Salamanca, sufrió cuando menos un duro revés histórico el 25 de febrero de 1983 cuando fue integrado en la actual comunidad de Castilla y León, con otra seis provincias más

José Vicente Álvarez de la Cruz
22/02/2021
 Actualizado a 22/02/2021
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Fue el 25 de febrero de 1983, ahora se cumplen 38años de la integración de la Región Leonesa (compuesta por las provincias de León, Zamora y Salamanca) en la comunidad autónoma de Castilla y León. Acababan así 150 años de una división administrativa fuertemente arraigada en la Historia de España.

La Región Leonesa tiene su origen en el Reino de León, uno de los estados que conformaban el crisol multiétnico de la Península Ibérica en la Edad Media. Su extensión, que fue variando a lo largo de la Historia, iba desde Galicia al País Vasco y desde Asturias a Extremadura. El Reino de León fue independiente durante 320 años, del 910 al 1230 y aunque hubo después algunosintentos de secesión (el infante Juan en el S. XIII y el duque de Lancaster en el S. XIV) quedó enmarcado en la Corona de Castilla, conservando instituciones propias.

Como reino, el leonés destacó como entidad política, por, en palabras del historiador texano Stanley G. Payne ser “el que más reconocimiento legal reconoció a sus regiones en Europa” (citado por J. M. Manuel García-Osuna).Dentro de sus fronteras convivían muchos grupos étnicos (gallegos, asturianos, leoneses, mozárabes, castellanos y vascones) y varias religiones (cristiana, judía y musulmana) proporcionándole un carácter plural y mestizo. El hecho más importante de su historia fue ser el origen del Parlamentarismo en Europa Occidental, dando la voz al pueblo, por primera vez desde la antigua Grecia, como recoge el polítólogo australiano John Keane, en su obra (“Vida y Muerte de la Democracia”)

Ser pionero en dar la libertad a sus gentes le hizo pagar un elevado precio, recibiendo el boicot del Papado sostiene el novelista y ensayista Juan Pedro Aparicio.

El Reino de León es el momento icónico de la Historia en la que se buscarán las raíces de la Región Leonesa, como indica el historiador Rodrigo Ferrer.

Durante la Edad Moderna (S. XV-XVIII), instituciones comoel Adelantamiento o Merino Mayor del Reino de León seguirán siendo divisiones administrativas que, con algunas (y notables) variaciones territoriales serán el embrión de la Región Leonesa.

Al llegar la Edad Contemporánea y con ella, la invasión napoleónica, el Reino de León se hará independiente para poder luchar contra los franceses. Mantendrá su singularidad enviando diputados a las Cortes de Cádiz, que serán ilegalmente retenidos por el Consejo de Castilla, como recoge el historiador Ricardo Chao. Esa notoriedad y la tradición de las instituciones anteriores hicieron que el 30 de noviembre de 1833, la Región Leonesa fuera incluida en la división territorial de Javier de Burgos.

Es precisamente a principios del S. XIX cuando en toda Europa, la burguesía buscará en los reinos medievales las claves para constituir movimientos nacionalistas y regionalistas. El sentimiento regionalista leonés no se mostró especialmente activo (al menos a través de publicaciones) en la primera mitad del siglo. El historiador Alberto Flecha afirma que no había tal sentimiento, aunque hace notar que cuando las Cortes Constituyentes de la Iª República estaban planificando cuáles serían los estados federados en ella, la Diputación provincial de León reclamó un status especial para nuestras tierras.

Desde 1876 a 1936, la Región Leonesa tuvo un peso político y cultural creciente. Se producen las Exposiciones Regionales leonesas de 1876 y 1892, recuperadas para la Historia por Ricardo Chao. El politólogo Carlos Javier Salgado nos proporciona también una serie de interesantes hitos: A nivel político, la Región Leonesa elegía un senador en las Cortes de la Restauración. En segundo lugar, a nivel de la opinión pública leonesa crecían las peticiones de autonomía (en el periódico “El Salmantino” en 1908 y en “El Adelanto de Salamanca” en 1936, ya demasiado cerca de la Guerra Civil para poder ser llevadasa cabo) o de potenciación de la región (en “El Porvenir” de Béjar en 1918). Igualmente apunta el Dr. Salgado que en esa época se constituyó una Región Agronómica leonesa con capital en Zamora. Así mismo, el mismo autor ha rescatado unas declaraciones de Miguel de Unamuno en 1922 donde expresa inequívocamente que la lengua y cultura salmantinas son leonesas. Durante la IIª República, dos partidos, uno de derechas Acción Agraria Leonesa y otro de izquierdas, Partido Republicano Autónomo de León, participarán en la agitada vida política del momento.

Durante la dictadura franquista la Región Leonesa, al igual que todas las demás, no tuvo ninguna atribución. Sufrió una posguerra especialmente dura y represiva, tal vez porque, aunque, apenas fue teatro de operaciones en el conflicto, sí fue escenario de un “maquis” especialmente activo en León y Salamanca. Culturalmente una visión muy centralizadora de España, en la que únicamente se tenía en cuenta a Castilla y al cristianismo como elementos fundadores de España, fue homogeneizando la Región Leonesa con Castilla.
Esta invisibilización de la identidad regional leonesa no obsta para que elementos de la cultura popular leonesa, apuntados por el historiador Alejandro Valderas,como los pendones,los concejos, la arquitectura tradicional y la reivindicación de la lengua leonesa estén vivos en la actualidad.

Pero esa capa de olvido hacia lo que podríamos llamar “lo leonés” facilitó que, cuando las fuerzas políticas mayoritarias en las Cortes de 1978 construyeron el estado autonómico, mezclaran en una sola autonomía lo que hasta entonces habían sido dos regiones. Terminaban 150 años de la Región Leonesa. Sólo el tiempo nos dirá si, en otras circunstancias,hará otra vez su aparición en la Historia.
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