03/01/2022
 Actualizado a 03/01/2022
Guardar
El año pasado arrancaba con el golpe de la tercera ola acercándose a esta arena de combate en la que se ha convertido la pandemia y con la indignación general del país por una rave en la que cuatrocientos desconsiderados llevaban dos días dándose caña. Habían tapado con peñas la puerta de la nave para que no entrara la policía y copaban minutos de telediario.

Este año arranca con el golpe de la sexta ola acercándose a esta arena de combate en la que se ha convertido la pandemia y 7.000 personas recibiendo el año en la Puerta del Sol de Madrid y viajes de asturianos a los cotillones de León para huir de las restricciones del Principado.

Por fortuna, la promesa de las vacunas de enero de 2021 se hizo realidad y en España el 2022 comienza con la inmensa mayoría de la población inmunizada y con la Sanidad menos tensionada, sin desmerecer en absoluto el ingente esfuerzo de todos los sanitarios –si todos estamos fatigados de la situación, más lo estarán ellos–.

Por lo que sea, el idilio de Mañueco e Igea, que enero de 2021 llevó al entonces vicepresidente de la Junta a poner un toque de queda a las 20:00 horas, que luego tumbaron los tribunales, ha terminado y en Castilla y León el 2022 arranca con el de Ciudadanos declarándole la guerra al presidente y una convocatoria de elecciones que ha servido como coartada para muchas cosas, entre otras, no tomar medida alguna –que si a todos nos cuesta tomar decisiones duras en la vida, mucho más les cuesta a ellos–.

Puede parecer temerario y grosero pensar en el inicio de 2023, pero siguiendo el orden lógico de la serie tengo claro que lo iniciaremos viendo venir un nuevo golpe que echará por tierra parte de lo que hayamos construido durante el año. Lo que no soy capaz de imaginar es lo que harán los de siempre para que sea todavía más duro. No olvidemos que es año electoral.
Lo más leído