27/12/2018
 Actualizado a 14/09/2019
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Llegamos a final de año, un momento que muchos, entre los que me encuentro, deseamos que llegue. El fin de un ciclo que durante doce meses ha ido variando en algunos momentos con bastante desatino y en otros con cierto aire de volatilidad con claros síntomas de querer asentarse, en definitiva, no ha ido del todo mal si aún podemos contarlo. A punto de entrar en año nuevo las expectativas, aunque estas nunca son buenas, prometen buenos augurios. Pero déjenme decirles que no solo se trata de uno mismo, si alzamos un poco la vista y miramos a nuestro alrededor seguramente prestando un poco de atención, nuestros asuntos, los de todos como sociedad no lo veo tan claro. Esta año ha sido duro, el asunto catalán ha dejado mella y heridas que han fracturado a toda la sociedad, provocando más de un encuentro desagradable. La convivencia es muy necesaria y el dicho siempre es bueno, si no lo entorpece alguna alma descarriada, «hace un día muy bonito, a ver quien viene y lo jode». Pues sí, señores, para el próximo año deseo que nuestra convivencia, en las ciudades donde habitamos, con quienes compartimos y sobre todo con quienes tenemos más cerca, sea prometedor y podamos al menos mirarnos a la cara, algo que no podrán hacer todas las mujeres que han sido asesinadas por aquellos, que sin pudor alguno no tienen ni el más mínimo reparo en arrebatar una vida y dejar rastro de violencia. Que el año que vamos a recibir sea un tiempo de cambios, donde las mujeres puedan estar seguras haya por donde vayan, sin tener que mirar atrás y que una vez por todas la justicia dictamine agresión lo que hoy consideran abusos. Por una sociedad justa, donde las causas sociales como el derecho a la vivienda o un sueldo digno sean posibles. Brindo por un nuevo mundo, donde las guerras no sean tales, ni la pobreza y la falta de alimento quite la vida a ningún ser humano. Por un planeta limpio de gases, plásticos y el verde de la madre naturaleza sea más vivo que nunca. Saludemos a un año en el que todos, como sociedad, tenemos la obligación de ser activos sociales que mejoren nuestra calidad de vida en todos los ámbitos. Somos uno, somos todo, somos sociedad, que trabajando con un fin común se pueden alcanzar objetivos para hacer de este, nuestro espacio de convivencia, un lugar justo e igualitario en el que todas las personas puedan desarrollarse y vivir en plena armonía. Mis mejores deseos para este año 2019, esperando de una vez por todas que no venga nadie y lo ‘joda’. Feliz año nuevo.
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