02/01/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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¡Qué bueno que viniste! Te estábamos esperando con ansiedad, chaval. Todo el orbe se puso, ayer, de galas rojas para recibirte. Puestos a hablar, mira a ver cómo te portas, porque tus colegas anteriores... Mira, año nuevo, tienes que ser bueno, pacífico, tranquilo, relajado. Zen, en una palabra. Todos los seres humanos, desde el Papa de Roma al último paria de los intocables indios, te pedimos, más o menos, lo mismo. Uno, que quiere ser alegre como el cascabel del gato con botas, te va a señalar, sin que te enfades, las cosas que desea en tu vida.

1.- Me voy a convertir, por un instante, en un Zapatero prodigioso cualquiera y te pediré lo que siempre dicen las venezolanas que ganan casi siempre el título de miss universo: el fin del hambre, de las guerras, de las enfermedades endémicas, de la violencia en el mundo. Todos los días, decía mi abuelo, nace un ingenuo y hoy quiero serlo yo.

2.- Que en España, país donde vivo, deje de oler a rancio, a chorizo curado, a grasa pasada, a ajo pocho. Me gustaría pensar que en este, tu año, va a soplar una tramontana por su sitio que lleve al desierto o al mar estos malos olores, que deje todo limpio, nuevo, a estrenar. Hombre, sé que no es una petición tradicional, pero, oye, ¿qué trabajo te cuesta desviar una borrasca heavy para que suceda este buen deseo? Nada, así que ponte a ello, ¿vale?

3.- Ahora, si no te importa, voy a pedir para mí, que si uno ya sabe que contra el vicio de pedir, la virtud de no dar; pero, por si cuela, allá va: quiero un bombón todos los meses, o sea, doce bombones. Me da igual que sean rubias, morenas o pelirrojas. Me da lo mismo que sean altas o bajas, de ojos negros o verdes o azules, que tengan carácter o que sean mansas...; quiero doce bombones, doce diosas, doce reinas del fuego, doce quesos de Burgos. Tienen que estar buenas a maza, porque para abandonar el ERE de la ingle que tengo desde hace un año, o así, tienen que estar que te mueres por cada una de sus costuras. ¡Ole! No quiero nada más. Lo de que me toque la primitiva, que tenga un buen curro, que ganen los tontos en las elecciones generales, que el Bilbo gane la copa del Rey y todas las demás mangadas, me da igual. Quiero doce bombones, a ser posible que no sean helados, pero hasta me daría lo mismo. Y salud para disfrutarlas.

Que mis veinte o treinta lectores tengan un buen año. ¡Podemos!
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