20 años ¿no es nada?

21/05/2021
 Actualizado a 21/05/2021
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Recuerdo aquel 20 de mayo como si fuera ayer. Yo solo tenía 10 años, pero el calor que derretía la pintura magenta y blanca que nos habían puesto en la cara a la entrada aún lo puedo sentir. Entonces no lo sabía, pero aquella masa de hormigón que veía desde la carretera cada vez que iba a entrenar al CHF se ha convertido, 20 años después, en uno de los lugares de la ciudad en los que más tiempo he pasado y en el que se han dado algunos de los mejores recuerdos a nivel personal e incluso profesional de mi vida, porque por suerte de los malos me olvido rápido.

Que un estadio de fútbol signifique todo eso para alguien no es para nada una buena noticia, porque ser aficionado de algún equipo o de algún deporte suele traer más disgustos que alegrías, más aún si eres de León y de la Cultural. Sin embargo, suelo sentir la misma ilusión que aquel guaje cada vez que cruzo el puente sobre el Bernesga o enfilo Sáenz de Miera con destino a ese estadio que cumple 20 ‘tacos’.

Aquel primer gol de Ibán Espadas invitaba a pensar en un estreno soñado que borró el de Carpintero unas semanas después para dejarnos claro que no por cambiar de casa íbamos a dejar de ser unos perdedores. Y lo cierto es que fueron muchas las lágrimas las que corrieron por esos desagües que llevaban al mismo sitio que las que se escapaban después del gol de Gallar contra el Barça B muchos años después, cuando aquellos niños del primer día éramos ya hombres que en parte se hicieron allí a base de alegrías y tristezas, pero también de experiencias que llegaban por primera vez.

Aquellos grandes conciertos que creíamos que solo se hacían en Madrid o Barcelona y a los que era impensable asistir siendo un chaval de León, cada feria de San Juan en el aparcamiento. Ver desde el mercado de ganados esas inmensas torres de luz siempre ha sido para cada leonés saber que ya estás en casa y esa sin duda es la mejor característica que puede tener un cacho de cemento. Decía el tango de Gardel que 20 años no es nada y puede ser, siempre que se pueda volver a los sitios que te marcaron.
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