29/10/2020
 Actualizado a 29/10/2020
Guardar
Todo se vuelve premonitorio si se mira desde la perspectiva adecuada. Más aun si esa perspectiva es aquel futuro, es decir este incómodo presente, que permite los augurios autocumplidos que nos reafirman en una estrecha visión de una realidad poliédrica. Estos días los confirmadores de profetas profanos rescatan aquella portada de la revista ‘Hermano lobo’ de agosto del 75 (hacía ‘humor dentro de lo que cabe’ y algo empezaba a caber en los estertores del franquismo con Franco en agonía) en que un líder con levita y pajarita dice a una muchedumbre narizotas: «¡O nosotros o el caos!». Ellos contestan: «¡El caos, el caos!»; y el presidente o ministro o vendedor de biblias a plazos sentencia: «¡Es igual, también somos nosotros!». El caso es que el caos español es una premonición recurrente. Hemos vivido tanto bordeando el desastre que, como dice Luis Garicano, Europa todavía nunca nos ha tomado en serio.

çEsa portada son Los Simpson, es un Nostradamus contemporáneo que resurge cada poco como evidencia irrefutable que convierte en predicción aquel lúcido análisis. Citó la viñeta de Ramón Almudena Grandes para ilustrar el debate entre monarquía o república. Hace un par de años (un par y tan largos) Pedro Sánchez durante la moción de censura a Rajoy atribuyéndola erróneamente a El Roto (así citaba en su tesis) para describir el marianismo moderado y aburrido que al menos generaba certidumbres. Podría ser el 23-F o hace una semana la ridícula moción del fanatismo de Vox.

España es amarga, según Pérez Reverte, por gran país de ocasiones perdidas. La pandemia es otro fracaso histórico. Del caos del mando único al desgobierno de la cogobernanza. Diecisiete Españas diversas y plurales también en sus restricciones improvisadas, ideológicas o comparadas. Frotándose los fondos europeos. Ante tanta incertidumbre yo también reivindico ese caos premonitorio tan nuestro de Ramón para gritarlo entre la muchedumbre.
Lo más leído