Y tú buscando ruedas de nieve

29/11/2019
 Actualizado a 29/11/2019
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Mira que nos lo tienen dicho, que ya está todo inventado, y nosotros «cerriles» presumiendo de que ‘el nuestro’ Iphone lleva allí metido hasta el número de Donald Trump, caso de que lo tenga. Y lo único que ha hecho es oxidar las cabezas, antes de estos inventos Arsenio el de Almuzara sabía todos los números de teléfono del ayuntamiento y todas las matrículas de los coches que navegaban por la León-Coyanzo.

El último presunto invento son las ruedas de nieve –ahora que dejó de nevar como dios manda, por cierto– y cuando vas a la serrería de Quico el de Canales, que está en la trastienda del molino y la fábrica de la luz, resulta que todo lo que hay que inventar lo tiene allí aparcado, posado contra la pared o esperando a que le des una vuelta a la llave para arrancar como si acabara de salir del concesionario.

Siempre han dicho los expertos, que es un calificativo que nunca se sabe cuando te lo atribuyen pero define, que para la nieve hay dos soluciones: Ruedas grandes, altas, con mucho dibujo, y a romper nieve; o, la segunda posibilidad, ruedas altas y muy, muy estrechas, y a caminar por la nieve como si fuera algodón, sin impedimento.

Pues ahí los tienes a los dos. Lo que pasa es que a lo que ahora llamas con un nombre sueco, que da autoridad, aquí siempre se le llamó tractor y carro.

A ver cómo te crees que llegaba Quico hasta el último poste del monte.
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