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Y si es un hombre, igual va

07/06/2020
 Actualizado a 07/06/2020
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Cuentan de Perrona —el hermano mayor de Perrina y Céntimo— que era tan grande como miedoso. Bajaba la cuadrilla familiar de una jornada completa de siega, de esas de ir al amanecer y que te llevaran el cabás con la comida y la merienda, cuando ya se iban metiendo las sombras de la noche, cada uno con su guadaña al hombro cuando a nuestro Perrona se le debió enganchar en un espino alto, que movió otra rama más baja y ésta a otra que de alguna manera enganchó al enorme paisano por la espalda.

Quedó paralizado el paisano, no se le movía ni un músculo, cuando llegó el resto de la cuadrilla que le recriminó: «¿Qué haces ahí como un pasmarote? No me digas que no te deja caminar una rama de espino».

Se dio cuenta el paisano que del dilema espíritu/espino lo que le atrapaba era el espino y ni corto ni perezoso bajó la guadaña y de un tajo seco cortó por la raíz el tronco delarbusto quele había enganchado, pronunciando una frase que ha quedado entre los mandamientos del bien salir de trago malodel Grupo de los Filósofos de lo Rural sin Obra Publicada.

- Y si es un hombre... igual va; dijo con poderío mientras seguía caminando y su cuñado, poco dado a comprarle la explicación, quiso contextualizar la situación: «O sea, lo que toda la vida de dios fue que después de verle los cojones... macho».

Y es que estos días no dejo de encontrarme, por mucho que te escondas, a sabios que me aseguran que si es un hombre igual va, que ellos ya lo sabían, que si les dejan a ellos...

Me recuerdan estos fantoches la histórica frase del malogrado y entrañable pedáneo de Almuzara, cuando le preguntaron por las torres gemelas y sentenció: «Estados Unidos lo que necesita es un presidente con los cojones bien puestos, como lo tiene Almuzara».
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