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Y la Historia se repite

23/03/2021
 Actualizado a 23/03/2021
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Si, sí, la historia de ocupar el poder por las bravas y el adoctrinamiento se repite con extraña insistencia, apoyándose siempre en dos pilares fundamentales: la ignorancia de la Historia de la Nación y el papanatismo político de aquellos que esperan obtener rendimientos para sus acciones políticas.

La primera maniobra de la táctica de todo buen revolucionario interesado es colocarse entre las capas ignorantes e ingenuas de la sociedad, criticar todo lo que sea menester sin aportar soluciones, aprovechar la poltrona, incidir en todos los cauces que ofrece la democracia y si ésta se encuentra en horas bajas atacar el sistema con ladinas intenciones de provocar boquetes que hagan al ciudadano normal suponer que el revolucionario de calle es el ‘Robin’ de los débiles y el que con sus ‘flechas’ solucionará los problemas de todos. Si a sus planes demagógicos puede sumar a ciertas plumas mercenarias, poderosos del dinero que ven el oportuno hueco para seguir realizando sus apetitos financieros inconfesables antes, durante y después de la revolución, mejor que mejor, y si sumamos una labor de zapa de las instituciones con la colaboración de los políticos blandengues, de uno y otro signo, que tienen sus sillones a disposición del jefecillo de turno, el quilombo está servido.

Así se realizan las revoluciones sin sustancia pero con resultados nefastos para los países que se dejan arrastrar por la nebulosa mediática y cultural de los que siembran la lucha contra la injusticia y son ellos, precisamente, los que la acrecientan diariamente con sus malos ejemplos.

Los medios son todos aquellos, lícitos y no tanto, que sirvan a su causa, no dudando en reclutar bajo todo tipo de maniobras a los sujetos más vulnerables y que su moralidad se encuentra bajo mínimos, sobre todo cuando los que gobiernan no son precisamente adalides de la verdad y de la gestión transparente de un signo o de otro.

Así que el banquete que se vislumbra se puede celebrar en nombre siempre de una democracia dictatorial que suprimirá todos los derechos en nombre del pueblo pero que servirá como es lógico al aparato de la clase revolucionaria dominante.

Todo esto está en el ‘manual del agitador’ de la ‘lucha callejera’, porque los ingenuos adolescentes que se dejan convencer por las vacías palabras de los que no dan palo al agua y les gusta la noche, contribuyen con su descerebramiento a lograr los objetivos de los que siempre mueven la basura para colocarse como piojos en costura en los intersticios del poder, desestabilizar las instituciones, conseguir que el pueblo se encuentre harto de todo y proteste de forma violenta a veces, conseguir una atmósfera de inseguridad, carestía y situación precaria de empleo y sostenibilidad económica, destruir la familia, aborrecer la práctica religiosa, desacreditar la nación y, por último, ocupar el poder para realizar su programa de miseria y descrédito nacional, además de llenarse abundantemente sus bolsillos, asegurando el resultado de la esquilmación del país en los paraísos que los protegen, mientras que la población padece las hambrunas y el declive que les llevan a la auténtica ruina.

Si además hablamos de países que son peritas en dulce por su situación estratégica en el mundo, sus riquezas minerales u otras, y la ingenuidad de sus gentes que no se creen lo que sucede y meten al enemigo en casa, más la ayuda inefable de un virus revoltoso y extrañamente activo que parece un dron teledirigido, tenemos un cóctel que hacen de esta estrategia revolucionaria algo letal a menos que la población y su Gobierno no ponga las medidas precisas y urgentes para enviar a sus diseñadores al lugar del que nunca debían haber salido.

¿De dónde procede todo este desaliño nacional? Pues es muy sencillo. La cuestión ya viene alimentada por la ausencia de valores, debilitamiento del núcleo familiar, desprestigio de la política, una bisoñez en la ejecución de planes, un ataque a las libertades, la ausencia de reformas puntuales y rápidas para atajar los desmanes que algunos producen con total impunidad, el ataque a la naturaleza por intereses inconfesables, el paulatino deterioro del trabajo, falta de sintonía en el amor al país de núcleos importantes de jóvenes, ausencia de conciencia cívica, creer que todo viene de las subvenciones, abuso en la elaboración de leyes educativas ineficaces y su deterioro en el concierto internacional, deterioro del estado de bienestar y la matraca recurrente de etiquetar a todo el que ejercita la creencia del bolchevique irredento como fascista en un alarde reproducir situaciones inexistentes. 

Para todos aquellos que no creen que un estado de derecho como el nuestro no se puede ir por la alcantarilla les diremos que como no exista una cohesión política y un cumplimiento inmediato del mandato constitucional, así la ejecución de garantías que mantengan a nuestro país en la línea del trabajo, la eficacia y el respeto, veremos cómo la estrategia filomarxista revolucionaria realizará sus objetivos sin gran esfuerzo ante la pasividad generalizada.

Y para los jóvenes de capucha, pañuelo y piolet les diremos que lo mejor que pueden hacer es tomarse unas vacaciones y realizar un viaje de estudios por los gulags de la antigua URSS, la actual dictadura comunista capitalista china, el emporio de la democracia comunista de Corea del Norte, el ejemplo de prosperidad de la Cuba castrista y el reciente gulag venezolano, sin olvidarse de preguntar dónde están alojados los disidentes periodistas, científicos, médicos, profesores, opositores ideológicos etc. que han osado enfrentarse a la maquinaria revolucionaria del pueblo de Lenin y Stalin.
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