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Y la capital de Castilla y León es…

Y la capital de Castilla y León es…

OPINIóN IR

03/10/2019 A A
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Y la capital de Castilla y León es…
Para que luego digamos que algunos políticos no aprenden de los errores. Por una vez y para sorpresa de todos están dedicando su tiempo a solventar un problema del que depende el futuro de todos los ciudadanos de Castilla y León y de la propia comunidad autónoma, superando en importancia a temas como el paro, la educación, la sanidad, la igualdad de oportunidades o la despoblación, entre otros. Estamos hablando del pilar fundamental sobre el que se deberían apoyar el resto de derechos y deberes que tenemos como castellanos y leoneses. Es una deuda histórica con todos y cada uno de los habitantes de esta nuestra autonomía que durante décadas no se ha tenido la valentía y el arrojo de acometer. Pero por suerte, algunos de nuestros políticos han antepuesto el bien común a otro tipo de intereses y han actuado con coherencia y lo más importante, con responsabilidad. Por fin han dado un paso al frente dirigentes de altas miras, valientes y conocedores de las necesidades reales de la población. Por fin afrontamos el reto necesario para colocarnos como la locomotora de la economía nacional y ejemplo a seguir dentro de España e incluso en el extranjero. Por fin Castilla y León podría tener una capital.

En más de una ocasión se me ha pasado por la cabeza, pero casos como éste me ratifican aún más en mi idea de que sería necesario que los políticos antes de presentarse a un cargo público tuvieran que pasar un simple test psicotécnico, no digo ya un examen más complejo sobre aptitudes varias porque corremos el riesgo de quedarnos sin muchos candidatos, pero al menos un pequeño cuestionario para saber si pisan el mismo terruño que usted y yo. Se me ocurren muchos adjetivos para calificar el sainete de querer designar ahora una capital de Castilla y León, pero como estamos en horario infantil me los guardo y únicamente voy a referirme a esta broma de mal gusto como una ‘frikada’.

Les aseguro que el primer día que vi rápidamente algunos titulares al respecto pensé que estaban más del lado de una noticia falsa o de alguna filtración interesada, si es que hay filtraciones desinteresadas, que de algo real. Mis ingenuas neuronas comenzaron a conexionarse entre sí y llegaron a la conclusión de que era imposible que con la que tenemos encima, en todos los sentidos, hubiera políticos que emplearan parte de su jornada laboral en impulsar una iniciativa tan paleta, rancia y generadora de envidias entre territorios como ésta. Y escribo estas líneas desde la mayor imparcialidad posible, porque créanme que soy contrario a los localismos extremos en todas sus vertientes, ya sea leonesa, vallisoletana o catalana, porque lo único a lo que conducen es a alimentar conflictos que al final llegan a pie de calle con resultados nefastos.

Nos puede gustar más o menos, pero que yo sepa desde que en 1983 se aprobó el Estatuto de Autonomía nuestra comunidad ha funcionado de una manera correcta, con desigualdades e injusticias, pero al menos con una normalidad aceptable, más allá de denuncias, unas más justificadas que otras, de algunas provincias por sentirse despreciadas en ciertas medidas adoptadas por la Junta. Claro que dicho estatuto ya se ha modificado en varias ocasiones y que no es un texto inamovible, por lo que pueden producirse debates para mejorarlo y adecuarlo a los nuevos tiempos, pero que en 2019 con los problemas reales que tenemos en Castilla y León nos salgan desde la ciudad del Pisuerga con esta sandez es más que criticable. Y el problema es que ahora los políticos leoneses también han tenido que perder su tiempo para mostrar su oposición a este brindis al sol pucelano.

A lo mejor es sensación mía, pero percibo cierto aroma a cuerno quemado cuando curiosamente es un ex vicepresidente de la Junta, ahora concejal de Valladolid, quien ha defendido públicamente la necesidad de pedir a las Cortes que designen a su ciudad como capital oficial de Castilla y León. Mi manifiesta ingenuidad me hace pensar que cuando ejerció su responsabilidad en el ejecutivo autonómico no opinaba esto y por lo tanto sus acciones no estuvieron dirigidas a favorecer a Valladolid respecto a otras provincias. Coinciden conmigo en esta afirmación ¿no? ¿Cómo va a ser posible que un político que representa a todas las provincias de la comunidad impulse iniciativas que fomenten la desigualdad entre territorios? Vamos, lo dicho, imposible.

Espero que luego en la capital del reino de Castilla no les sorprenda si los resultados de la UPL en las próximas elecciones generales superan con creces a los obtenidos en las autonómicas, porque si había votantes leoneses no leonesistas con dudas, creo que ya las han resuelto. Con enemigos políticos así no hace falta contratar un director de campaña para diseñar un plan de marketing, porque los compadres pucelanos han hecho gratis la campaña electoral a favor de la UPL.

De momento tenemos a dos candidatas al casting para la capital autonómica, León y Valladolid, aunque en Zamora también hay algunas voces que reclaman para dicha ciudad esta capitalidad. Saben lo que les digo, que quizás la solución salomónica a este problema autogenerado por algunos es que ni León ni Valladolid sean la capital autonómica, sino Soria. Porque Soria existe ¿no?
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