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‘Welcome to fabolous’ León

15/02/2020
 Actualizado a 15/02/2020
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Hace unos años la Unesco designó a León como la autentica Cuna del Parlamentarismo, y la corporación de aquellos años, la administración Gutiérrez, lo celebró con unos letreros que evocaban aquellos de: ‘Welcome to fabolous Las Vegas, Nevada’.

Desde la emisora creímos oportuno realizar una jornada parlamentaria con periodistas de primera línea, aquellos que cubrían el Congreso de los Diputados y rematar con un programa de radio desde el Palacio del Conde Luna.

Sin duda, mi primera llamada fue a David Gistau. Pocas veces uno se siente tan pequeño ante el ídolo al que seguía casi de manera enfermiza. Recuerdo que la primera vez que le llamé mientras sonaban los tonos, deseaba que no lo cogiera, porque sabía que me iba a quedar en blanco preso del miedo escénico. Tenía serias dudas sobre si sabría explicarle correctamente el motivo de mi llamada, o si recurriría al alguna simpleza de las mías, asegurándome la típica cagada.

Efectivamente la primera llamada no obtuvo respuesta. Pero llamé a Juande Colmenero y le propuse la idea, que aceptó de buena gana a la primera, como aquella inolvidable Brújula en la que a Fernando Ónega se le hizo hijo adoptivo.

Metido en el día a día conseguí olvidarme de la jornada parlamentaria, hasta que a media tarde sonó mi móvil. ¡Joder el Gistau me devuelve la llamada! Levanté el teléfono y fue tal subidón que no sé ni lo que le dije, pero el fabuloso columnista aceptó nuestra invitación. Semanas después, volvimos a charlar, un imprevisto de última hora no le permitía viajar al reino.

Como ustedes ya sabrán el domingo pasado falleció el ya legendario periodista, y la noticia nos impresionó. Cuando lees a alguien todos los días como hacíamos la ‘madre en apuros’ y yo, llegas a creer que forma parte de tu vida, de tus amigos o incluso de tu familia. La admiración, supongo. Alguien que buscas todos los días y del que aprendes al menos, dos o tres palabras por columna.

David Gistau no pudo acudir al debate sobre la Cuna del Parlamentarismo que fue justamente un mes de febrero de hace cinco años. Asistieron periodistas, empresarios, comerciantes y algún que otro senador. ¿Y saben de lo qué se habló? De los mismos males por los que el domingo saldrá a la calle la gente de León, por los olvidos que ha habido sobre esta maltrecha tierra. Y curiosamente también, cinco años después, en un programa de radio, en la Brújula, el alcalde de León, destapó la caja de los truenos y despertó el leonesismo sin bandera.

¿Algo ha cambiado? De momento el fenicio, dueño del leonesismo y amigo de los discotequeros, no está en la escena, y eso ya es mucho.
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