03/09/2022
 Actualizado a 03/09/2022
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El niño te limpia el corazón,

como tú el oro de las manzanas

que robaste en la juventud.

Zapatos sin cordón,

calles del lápiz,

temblor de labios en el umbral.

¿Qué le aguarda, al niño?

La ballena blanca,

el cascabel rojo,

un ‘zeppelin’ sorteando la tempestad.

Y a ti,

¿qué te queda?

En el umbral,

despidiéndote,

semillas y pálpito:

el corazón rubio de la manzana.
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