10/07/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Paisanos. Ese será el nombre con el que un día de estos registre un nuevo partido político para hacer frente a los ciudadanos que llegan de las grandes capitales de provincia para apoltronarse en los asientos que quieren, paradójicamente, dinamitar. Los butacones están ubicados en la que algunos dan en llamar la Casa de los Pueblos, una especie de ‘Ayuntamiento de Ayuntamientos’ a los que muchos pueblos se aferran para que llegue a ellos un puñado de euros con los que poder mejorar la vida de sus paisanos porque sus presupuestos anuales son menores al sueldo de un concejal en el consistorio de una capital. Esta formación política no tendrá ni zurda ni diestra, será más de pies y además, pegados a la tierra. No tendrá como presidente ni a Albert Rivera ni a ninguno de sus congéneres capaces de cambiar de opinión hasta la saciedad sin ruborizarse. En Paisanos los militantes tendrán vergüenza y se pondrán colorados cuando así sea preciso y más allá de que este sea un efecto de los lisérgicos consumidos. Estos, en caso de que los haya, serán fundamentalmente vinos y licores de la tierra, orujo y si ha de acompañarse con algo sólido, que sean unas pastas o un buen guiso. El color naranja solo estará en las puertas de las casas de quienes formen Paisanos aquellos días en los que pase el del butano. Pelearán por la tierra como solo lo puede hacer el que sabe lo que le costó a su abuelo tirar del arado y cuidarán de la memoria de su pueblo como solo serían capaces los que salen a pasear suspirando en las cunetas por si fuese en esa donde descansa aquel tío al que pasearon para no volver. En Paisanos la despoblación no será una palabra de moda, sino una lucha; y sus mayores, su mejor bandera. Pelearán hasta la extenuación por no perder ni un solo día de médico en la consulta de su pueblo y batallarán por cada pequeño que nazca y cada familia que llegue para quedarse a vivir en el medio rural. Mirarán por la agricultura y la ganadería a sabiendas de que muchas puertas de las casas del medio rural siguen hoy abiertas gracias al sector primario. Los de Paisanos no tendrán ciudadanos, tendrán vecinos. No tendrán fórmulas mágicas ni venderán humo. Y trabajarán para que los pueblos se sigan escribiendo en futuro.
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