Valcabado lucha por abrir una segunda aula para sus once alumnos

Los padres denuncian los problemas del día a día con niños de edades que van de 1º de Infantil a 5º de Primaria

L.N.C.
14/11/2021
 Actualizado a 14/11/2021
El centro de Educación Primaria e Infantil Santiago Apóstol de Valcabado del Páramo. | GOOGLE MAPS
El centro de Educación Primaria e Infantil Santiago Apóstol de Valcabado del Páramo. | GOOGLE MAPS
Valcabado del Páramo clama desde septiembre ante las instituciones educativas para recuperar las dos aulas que tenía hasta el curso anterior en su centro, al contar actualmente con once alumnos de Infantil y Primaria, en seis niveles educativos, y suponer ello un referente contra la despoblación. Los padres y madres consideran improductivo mantener ese número de escolares en tantos cursos diferentes, para un solo docente, algo que ya han hecho saber mediante un escrito al Servicio Territorial de Educación –del que no han recibido respuesta alguna–. Subrayan que este tipo de decisiones penaliza al medio rural, a la fijación de población, pues anima a trasladar a sus hijos a la cabecera de comarca. Por ello, amenazan con dejarlos en casa como medida de presión.

«A todos se les llena la boca de medidas contra la despoblación, pero es ahora cuando hay que actuar para que los niños no se vayan. Son los que pueden fijar población», remarca Silvia, una de las madres.

Son conocedores de que la normativa establece como criterios para la determinación de las plantillas que deben existir al menos 12 alumnos matriculados para mantener dos aulas, o al menos siete niveles educativos. Pero contempla determinadas excepciones en el caso de que en el mismo aula se concentren varios cursos y de que exista previsión de que el número de alumnos aumentará en los próximos años, «dando de ese modo continuidad a la actividad docente tal y como se venía realizando».

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, anunció esta semana que de cara al próximo curso lectivo se rebajarán las ratios máximas de alumnos por grupo en las enseñanzas de régimen general. Una medida con la que se busca aumentar la atención personalizada a todo el alumnado. El aula de Valcabado se encuentra en esa situación: no llega al ratio establecido en cuanto al número de alumnos (son 11 matriculados), concentra seis niveles (dos de Infantil y cuatro de Primaria), pero el próximo año se matriculará al menos una niña y no saldrá nadie, según explican a Ical los padres y madres, que no pueden ni quieren esperar, por el bien de la atención de los escolares, que se arriesgan a que este sea un año perdido.

Para ella tiene que ser muy difícil dar clase a niños de 10 años mientras los de tres están en otra esquina del aula haciendo lo que hace un niño de tres años «Queremos manifestar nuestro malestar por el cierre del aula», explican Cristina y Sonia, quienes recuerdan que este centro pertenece al CRA de Alija del Infantado, la otra localidad que mantiene la escuela abierta en similares condiciones. «Solicitamos su reapertura buscando únicamente el bien de nuestros hijos», exclama Sandra, quien el próximo curso matriculará a su segunda hija.

Todas están agradecidas a la profesora, que ella sola debe lidiar con todos los niños y con asignaturas muy variadas, pues para Educación Física, Música, Plástica, Inglés o Religión vienen otros docentes que aúN así no desdoblar. «Para ella tiene que ser muy difícil dar clase a niños de 10 años mientras los de tres están en otra esquina del aula haciendo lo que hace un niño de tres años. Entre los propios niños se molestan. Es normal», sostiene Yolanda.

Actualmente, el aula contabiliza dos niños de tres años, que cursan Primero de Infantil, otro más de cinco años (3º), dos de Primero de Primaria, uno más de Segundo, tres escolares de Tercero y dos de Quinto de Primaria. Las quejas ya han sido trasladadas a la Dirección del CRA, conocedora de la situación, que por el momento, según los padres, la obviado.

Protocolo COVID


Dada la situación actual de este segundo año de pandemia, entienden que «prácticamente no ha cambiado en lo que se refiere al protocolo COVID, que afecta al grupo de edad que compone esta aula, dado que son precisamente los no vacunados».

Sin embargo, la unión de las dos clases que existía el pasado curso, así como la distribución de los niños dentro del espacio «sí cambia y bastante», según los padres, quienes aseguran que, por una parte, esta unificación «implica la obligación de que los niños menores de seis años lleven mascarilla durante toda la mañana, algo desaconsejado por las autoridades sanitarias competentes». Y por otro lado, la distribución de los niños, aseguran, «no cumple con las medidas COVID establecidas y tampoco parece ser la más adecuada, especialmente para los de Infantil, que apenas disponen de rincones específicos donde poder desarrollar sus capacidades y que les obliga a permanecer sentados durante toda la mañana».

Un inspector de Educación, que tomó la decisión de «quitar algún mueble y las asignaturas de Música y Plástica a los de Infantil Asimismo, Pamela, otra de las madres, señala que el lugar físico asignado «no parece lo más adecuado para los niños de esta edad, que empiezan su etapa escolar y ya se sienten excluidos de la actividad». Además, están expuestos al sol durante todo el curso por la orientación del aula y «sufrirán directamente los efectos de la ventilación y el frío durante el invierno». De hecho, lamentan que ya han estado enfermos los tres más pequeños con catarro y cuadros de mocos.

En lo que se refiere a los niños de Primaria, los padres lamentan que la distancia entre ellos «está más que justa, considerando pasillos, armarios, estanterías, etc.» Aspectos, todos ellos, que comprobó y ratificó un inspector de Educación, que tomó la decisión de «quitar algún mueble y las asignaturas de Música y Plástica a los de Infantil». «Esas fueron todas sus medidas», reprochan.


Trabajo «extraordinario»


Por ello, y con el único objetivo de mantener abierto el colegio en el medio rural, solicitan la reapertura de la segunda aula. Además, el trabajo que «se le exige a la profesora en estas condiciones, con esta variedad de niveles, es extraordinario y en muchos momentos no podrá desempeñarlo como sería lo ideal y seguramente como a ella le gustaría». «La coexistencia de niños de infantil con tantos niveles de Primaria exigirá una concentración especial a todos ellos y un saber estar a los de Infantil que no siempre es compatible con su edad; esto supondrá no poder dedicarle el tiempo necesario a cada curso y los niños tendrán que complementarlo con un trabajo posterior en sus casas», remarcan. De hecho, algunos de los alumnos realizan en sus domicilios muchas de las tareas que, quizás, deberían acometer en clase pero que no lo hacen por la la falta de tiempo de la docente.

Todo ello, advierten, irá también «en detrimento de la calidad de la enseñanza recibida» y además los niños «no podrán estar igualmente atendidos ni promocionados». «Ahora que el COVID parece que está controlado, ha llegado otra pandemia, la del dinero», afea Silvia.

Los padres anuncian batalla y no se quedarán sentados. Por ello, argumentan que la ratio de los alumnos, que ahora la Junta pretende modificar, es una «amenaza constante para las escuelas rurales». «El cierre de un aula o de un centro por este motivo duele especialmente porque se pierde una referencia más en el mundo rural; entendemos que mantenerla es una forma de oponerse a la desaparición de nuestros pueblos y de una forma de vida en la que aún creemos, al menos unos pocos», concluyeron.
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