¿Ustedes creen en dios?

Os voy a dar un truco para que en estos días de la calorina no os veáis obligados a hablar del tiempo, que si todo el año es complicado ahora que las olas ya no son solo cosa de Gijón se pone imposible hablar de otra cosa.

Ya os aviso de que la idea no es mía, que la mi quijotera no da para tanto; y también os aviso de que hará mucho calor pero todavía no es la canícula, que ésa no llega hasta que no se cumplan los preceptos que la mi Juanita la de Pontedo dejó hablaos para la eternidad. Y el primero era que venga el señor obispo de Oviedo a te de peña, «que es muy bueno en infusión para los picores bajeros». Pues bien, cuando el señor obispo agachado con la sotana remangada (tranquilidad, trae pantalones debajo) y el pico central de Bodón formen un ángulo de 90 grados... ya es la canícula; siempre que el termómetro además marque más de 32 grados.

Apuntado lo cualo os explico lo primero, qué hacer para no hablar del tiempo. La fórmula es de Nisio el de Voznuevo, que estaba muy cercano a los dioses porque llevó muchos en el sidecar al cura de Veneros a decir misa por los pueblos de la contorna. Resulta que llegamos un día a Voznuevo el mi Mauri y yo para hacer un reportaje a unos holandeses que hierran caballos sin potro —cosas de extranjeros— y estaba Nisio allí sentado con el gato en brazos, hablando de sus cosas, y nada más vernos, sin dejarnos decir ni hola, fue él quien inició la conversación con una pregunta bastante desconcertante.

- ¿Ustedes creen en dios?

¿Y ahora qué le dices? Para tener por lo menos algo de cuartelillo le dije: «Yo sí... pero éste no».

Se rió el muy perro. «A mi tres narices me importa, pero ya vi que si no me defendía me iban a espetar sin cloroformo eso de ¡qué buena tarde hace! no parece marzo, entonces, ¿cómo parece marzo?».

Santo remedio, nunca mejor dicho, ni palabra del tiempo en una largaconversación ¡Qué grande Nisio!

Cuidao, se te acerca uno. Pregúntale si cree en dios o te la espeta.