Uniformes para tribus

21/02/2019
 Actualizado a 16/09/2019
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Somos tan imprevisibles, únicos, diferentes, espontáneos y sorprendentes... que no lo somos, es mentira que lo seamos, tanto que ha cerrado sus puertas el ya exótico Club de los Imprevisibles.

Somos exactamente lo contrario. Renegamos de los uniformes, cantamos lo de que la música militar nunca me supo levantar como alegato a la negativa a desfilar como grupo y resulta que ahora todos llevamos el uniforme de nuestra tribu. Que nada tiene que ver con aquellos tiempos en los que existía la llamada ‘Pasarela Economato’, según la cual todos los chavales de las cuencas mineras llevaban las mismas trenkas, anoraks, chubasqueros o pantalones... justamente aquellos que se vendían en el economato de La Vasco, de Hulleras, de la MSP... Eran los uniformes de la necesidad, nada que ver con lo que hablamos.

Malicié lo que venía cuando en aquella Facultad de los años 70 la moda de cada estación la marcaba –en la tradicional Vetusta– una conocida alumna, también integrante de una conocida familia.

Y empezaron a aparecer tribus de los que llevaban el jersey (ellos decían suéter) sobre el hombro, hiciera frío o no; otros llevaron la bandera de España al cuello (¿avanzan los tiempos?), la gomina causó impacto, zapatos sin calcetines... frente a ellos las melenas, los vaqueros rotos, la pana de las chaquetas, los descamisados de Guerra (Alfonso)...

¿Acabaremos echando de menos la Pasarela Economato?
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