Una víctima del sacerdote José Manuel Ramos Gordón: "Era el infierno"

La Sexta emitió este domingo el programa 'Salvados' titulado 'El silencio de La Bañeza', sobre los casos de pederastia en el seminario

C.C.L.
11/12/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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La Sexta emitió este domingo el programa 'Salvados' titulado 'El silencio de La Bañeza' sobre los abusos sexuales llevados a cabo por el sacerdote José Manuel Ramos Gordón en el seminario de dicha localidad en los años 80. El periodista Jordi Évole grabó el programa en diferentes ubicaciones como la localidad zamorana de Tábara, donde Ramos Gordón fue sacerdote durante más de veinte años, el Seminario de La Bañeza o Sanabria, donde estuvo dando clase en un internado antes que en la localidad leonesa.

"Era un infierno", recuerda una de las víctimas del cura que denunció años después los abusos sufridos por parte de este sacerdote en el seminario donde fue internado junto a su hermano, que también sufrió estas acciones "feas", como él mismo recuerda. En el seminario, dormían en habitaciones separadas por un pequeño tabique con un pasillo central y el sacerdote "atacaba" cuando se apagaban las luces. Esta víctima, que mantiene el anonimato, recuerda cómo fue el primer día de aquellos abusos. "No he vivido nunca algo tan traumático como aquel primer día", recuerda. Entonces, "desperté porque me estaba tocando y me quedé inmóvil, daba pánico". Después de la primera experiencia, y con el rumor corriendo entre los internos, "intentabas no dormir, pero le daba igual", asegura la víctima. "Llorabas, él sabía que llorabas pero insistía, seguía con su juego y no tenía ningún problema", relata en un desgarrador testimonio la víctima que asegura que después, cuando se iba, "temblabas de miedo y asco".

Pero, sin embargo, "la gente lo tenía como un cura bueno", recuerda otra de las victimas del colegio de Sanabria, algo que Évole comprueba en Tábara, donde pocos vecinos hablan mal del que fuera su sacerdote hasta que, un día "de la noche a la mañana" dijo que se iba a la Diócesis de Astorga y dejó la parroquia. "De los 26 años que estuvo aquí solo tenemos palabras de gratitud", asegura un vecino. Otro, ante la incredulidad del periodista Jordi Évole, le escuda afirmando que "es un pasado muy lejano" y que "sí, es un pederasta, ya lo sabemos, pero cuántas cosas habrá peores".

No fue hasta 2014 cuando esta víctima, a la que después siguieron otros, dio el paso de denunciar estos casos de abusos sexuales. En ese año salió a la luz el caso Romamones y la víctima comenzó a recibir apoyo de personas cercanas para dar a conocer su caso y fue cuando decidió escribir todo lo sufrido en una carta que "tenía claro que la iba a mandar al Vaticano", asegura la víctima del seminario bañezano. En esa carta pide que "se nos escuche". El caso había prescrito pero fue el propio Papa el que decidió que se reabriera, pero cuando la víctima se dirigió a la Diócesis de Astorga "llamo al Obispado y cuando me presenté allí me explicaron que ya habían hecho todo el procedimiento", explica, sin que se contara con él.

Puedes ver el programa completo aquí
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