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Una vez más Ucrania

08/02/2022
 Actualizado a 08/02/2022
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Ucrania es hoy una nación independiente rodeada por la ambición de la nación rusa que tiene como objetivo incorporarla nuevamente a la nueva estructura rusa que desea imponer un régimen autoritario dirigido por Putin, el nuevo zar encubierto del ‘soviet’ antiguo que nunca ha ocultado sus intenciones. Del otro lado se encuentran las fuerzas de la OTAN que representan Occidente y toda su filosofía.

Las relaciones se han tensado de forma evidente porque hay un motivo primordial que es la apetencia del ‘zar soviético’ para restablecer el perímetro de la potencia devaluada y así soslayar la depresión económica y los problemas internos del país que están afectando a la marcha normal de la economía rusa y además recobrar el prestigio mundial que ha perdido.

Como armas importantes, Rusia maneja el chantaje a la Unión Europea con su amenaza de cortar los suministros de energía y el tráfico comercial, más esa espada de Damocles que supondría un conflicto en territorio europeo prácticamente con las consecuencias sobrevenidas durante una pandemia que supone además una crisis económica de cuyas de consecuencias muchos no son conscientes.

Se plantea nuevamente la situación de buenos y malos de siempre, que ha supuesto divisiones entre las naciones occidentales , que está de moda ahora, especialmente para los ingleses que se ven reflejados en películas notables, una de ellas especialmente interesante y que se puede ver en la plataforma Netflix: ‘Munich, en vísperas de una guerra’, basada en la novela de Richard Harris ‘Munich’, que evidencia el papanatismo de los occidentales ante hechos flagrantes del autoritarismo nazi que llegó a entenderse incluso con Stalin hasta que mostró su verdadera cara.

Si alguien quiere ver la verdadera cara de un mentiroso no tiene nada más que consultar las páginas de la Historia de Ucrania, recientes, aunque es interesante bucear en su pasado histórico, para darse cuenta del sufrimiento de ese pueblo bajo la bota comunista ‘staliniana’.

Es interesante leer detenidamente sobre el sufrimiento del pueblo ucraniano durante el denominado Holodomor, o exterminio ucraniano por hambre, que supuso la desaparición de varios millones de personas, se cifra entre 4 millones y 12 millones de ucranianos con el fin de rusificar Ucrania en 1933, causa final de la extensión del idioma ruso en Ucrania además del idioma ucraniano.

No tiene desperdicio el libro de Anne Applebaum, columnista del ‘The Washington Post’: ‘Hambruna roja: La guerra de Stalin contra Ucrania’ (Debate, 2019).

Después de la disolución de la URSS en diciembre del año 1991, los ucranianos están realizando un proceso para adoptar la economía de mercado y la constitución de un estado democrático con integración en la OTAN y en la UE y eso no lo quiere permitir el ‘zar Putin’ porque es un país con un porvenir prometedor que trata de salvar las sucesivas depresiones económicas, como todos.

En 2013 el presidente Viktor Yanukóvich rechazó el ‘Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la UE’ y estrechó relaciones con la Federación Rusa para ingresar en la ‘Unión aduanera Euroasiática’ y es cuando los ucranianos protestan en la calle, protesta que se conoce como el ‘Euromaidán’, con Kiev a la cabeza; hay enfrentamientos, detenciones, se fusila a estudiantes y el Gobierno y su presidente huyen a la federación Rusa, tomado el control del poder la Rada Suprema. Aprovechando el barullo, Rusia ocupa y anexiona Crimea y comienza la operación de ocupación el este-sur de Ucrania con protestas en lo que se conoce como el ‘Donbás’. Las fuerzas del ejército ucraniano eran escasas y débiles debido a su división. En el 2014 se realizan las elecciones presidenciales y se elige a Petró Poroshenko, se fortalece el ejército y comienzan a recuperar territorios de los separatistas. Se firma el ‘Protocolo de Minsk’ en 2014 y aunque realmente no ha cesado se ralentizan las ambiciones hasta ahora. Ucrania se ha ido fortaleciendo y modernizando según la forma de la Otan y el 1 de junio de 2016 Ucrania firma un acuerdo de libre comercio con la UE.

Ucrania está tratando de salir de esa pobreza secular y la corrupción corrosiva porque es un país con grandes riquezas y el granero de esa zona, de ahí también la ambición del oso ruso porque es su natural mercado de abastecimiento, ya que es gran exportador de cereales.

De forma que está muy claro qué se juega en Ucrania, en ese tablero de ajedrez de la política internacional. Las dos fuerzas preponderantes que siempre se han enfrentado, debilitadas las dos por sus abusos, con unos espectadores alejados del problema al estilo Chamberlain, unos ciudadanos metidos en el laberinto, castigados por las mañas políticas de todos, amenazados por la tiranía y los liberticidas, una ambición por apoderarse de los recursos vitales del ser humano que desea subsistir y que le manipulan con sus necesidades para obtener pingües beneficios, y como siempre, será el pagano de las desdichas que le ocurran por las ambiciones de los que desde sus atalayas privilegiadas juegan con las consolas de la guerra, como niños entusiasmados por ‘los juegos del calamar’ que desgraciadamente siempre se saldan con millones de muertos.

Reseñaremos que los muertos de un lado se sobredimensionan más porque hay voceros que los multiplican mientras que los que predican la libertad del pueblo los ocultan y no consiguen ofrecer ese paraíso y bienestar que predican antes de conseguir llevarlos al holocausto.
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