Una provincia con más banderas

La población inmigrante que se asienta y se regulariza en tierras leonesas sigue al alza después de los peores años de la anterior crisis y a pesar la de pandemia. Los residentes extranjeros pueden ser un arma contra la despoblación de las zonas rurales

La tendencia es esperanzadora en medio de una eterna sangría demográfica por el éxodo de la juventud y la escasa natalidad
08/11/2021
 Actualizado a 08/11/2021
La provincia de León sumó a lo largo de la primera mitad del presente año 391 nuevos inmigrantes. Este nuevo aumento consolida la tendencia al alza que comenzó en 2018 después de los descensos que se habían registrado a partir del año 2011, durante los peores años de la crisis y el inicio de la recuperación. En aquella etapa, la provincia había perdido una cuarta parte de sus habitantes extranjeros sólo en cinco años.Este cambio de tendencia, que se consolida con el paso del tiempo, puede analizarse como una consecuencia de la recuperación que estaba experimentando el mercado de trabajo en la provincia hasta que llegó la pandemia. En todo caso, ni siquiera la crisis sanitaria frenó la llegada de inmigrantes, para los que la provincia gana atractivo a la hora de buscar un futuro más próspero. Aunque el incremento no es de gran magnitud, no deja de ser también esperanzador para una tierra cuya sangría demográfica no parece tener freno. El constante descenso de la natalidad entre los españoles y el éxodo de muchos jóvenes que hacen sus maletas para poder encontrar un empleo hace que la llegada de extranjeros pueda representar un arma contra la despoblación en las zonas urbanas, pero sobre todo en las rurales. En muchas de ellas los inmigrantes garantizan la continuidad de escuelas abiertas y de oficios que muchos españoles no quieren desarrollar. Es por eso que León sigue necesitando ser una provincia multicultural para que pueda ser también menos despoblada.
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