Una premio Leteo y sus verdades

La dramaturga Angélica Liddell acudió este sábado a León para recibir el Premio Leteo y cumplió con las expectativas de mujer comprometida y muy libre en sus opiniones, que en ningún ámbito ocultó

Fulgencio Fernández | Efe
20/11/2016
 Actualizado a 17/09/2019
Angélica Liddell este sábado en León. | DANIEL MARTÍN
Angélica Liddell este sábado en León. | DANIEL MARTÍN
L legó el día. Un nuevo premio Leteo se hizo realidad, una nueva premiada llegó a la ciudad, un año más León volvió a ser el centro de las miradas de las información cultural y, en este caso,especialmente de la teatral, por quién ha sido la galardonada:La escritora, actriz y dramaturga Angélica Liddell (Figueras, Girona, 1966).

Se notaba en la cara de Rafa Saravia en los actos celebrados ayer para entregar el galardón la satisfacción que viene detrás de la incertidumbre que planeó sobre este galardón que ya se había ganado la condición de «casi veterano», después de quince ediciones en las que han acudido a esta cita grandes nombres de la literatura, y que se abrió con el leonés Antonio Gamoneda. Al final, sí hubo nueva edición, y en León estaba ayer Angélica Lidell, centro de todas las miradas, como siempre ocurre con los artistas transgresores, los que son capaces de ir a contracorriente, como ha hecho ella durante mucho tiempo y pretende seguir haciendo.

En la literatura actual existe falta de ambición estética y poética y un exceso de politizaciónY buena prueba de su carácterindependiente ya la mostró en las primeras respuestas de la rueda de prensa ofrecida ayer por la mañana. Al pedirle, como autora teatral que es, que hiciera una valoración de cómo está el panorama teatral en la actualidad en España manifestó que se confesaba hoy incapaz de hacer un balance de la situación del teatroporque no le interesa lo que se está haciendo en la actualidad. «En mi país no sé lo que ocurre en teatro porque ni voy ni me interesa ir», ha señalado, al tiempo que también extendió sus críticas a la literatura en general, afirmando que lamenta profundamente quehaya en general «falta de ambición estética».

Sorprendió a muchos, después de la larga y controvertida trayectoria de la dramaturga catalana que en un momento de su carrera decidió abandonar España para instalarse en Francia, como protesta por la situación que ‘su género’ y la cultura en general vivía en España.Y en esa misma linea se mostró en León:«El teatro no es algo que forme parte de mis influencias ni de mis referencias», zanjó contundente la dramaturga en relación a la situación de este género en España.

Sobre el otro aspecto con el que se había mostrado crítica, la situación general del mundo de la literatura, no tuvo inconveniente en profundizar y confesar que sobre el panorama literario actual cree que existe una generalizada «falta de ambición estética y poética y un exceso de politización en las obras». Aspecto sobre el que reflexionó apuntando que «el alma humana es más compleja que una opción política».

Escribir equivale a la destrucción del pacto social y de la moral, no puesdes trabajar con reservasNo creyó la dramaturga catalana que su evidente compromiso y el haber adoptado posturas contundentes en campos que se podían considerar ‘políticos’ no están reñidos con estas opiniones literarias o estéticas. «La conciencia no tiene que ver con la ideología. El exceso de politización enmascara o deja en la marginalidad a una expresión literaria que se adentra más en la conciencia de la mente humana», ha señalado, defendiendo los caminos de la literatura y el pensamiento ‘por su cauce’ y los políticos ‘también por el suyo’, siendo absolutamente legítimo y lógico caminar por ambos. Además se ha mostrado partidaria de escribir «teniendo en cuenta la moral y descendiendo hasta lo más hondo. No se puede trabajar sin miedos. Escribir es el equivalente de la destrucción del pacto social y de la moral, no puedes trabajar con reservas. Para hablar del alma humana no queda otro remedio que hablar de la peor parte», ha asegurado.

En los 90 gané un premio en León con una obra malísima, pero me sirvió para pagar el alquilerEn cuanto al Premio Leteo, que se le entregó en una ceremonia que se desarrolló durante la noche en León, en otro acto público (aunque se hizo un simulacro de entrega en la Rueda de Prensa celebrada por la mañana) la ganadora ha dicho que «es un galardón que realmente me hizo mucha ilusión por pasar a formar parte de la misma lista que anteriores ganadores» y no tuvo inconveniente en reconocer que entre los que figuran en la nómina de ganadores le hacía especial ilusión compartirlo con Sharon Olds, llegando a reconocer que incluso «tuve un sentimiento de inferioridad, de pensar que no es posible estar en la misma lista. Además, me apasiona la idea de que sea un premio estrictamente literario y no de teatro».

Sobre sus influencias a la hora de crear Angélica Liddell confesó que se basan más en la metafísica y la mitología que en la actualidad, porque, a su juicio, «los periódicos se leen más como una fotonovela» que como un medio para estar informado.

Se trata del segundo premio que recibe esta escritora en la ciudad de León, donde en los años 90 ya logró otro galardón por su obra ‘Imágenes de mujer’, un trabajo «malísimo», perteneciente a su «época pobre» que, sin embargo, le permitió «pagar el alquiler gracias a los reconocimientos literarios» que le otorgó, ha dicho.
Por su parte el responsable del Club Leteo, el leonés Rafael Saravia, maestro de ceremonias del acto celebrado en León, ha confesado que el nombre de Angélica Liddell ya estaba en la lista de los posibles premiados desde 2011 y ha resaltado que esta es una de las pocas ocasiones en las que se ha otorgado a un dramaturgo.

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