Una leonesa en la corte de Fidel Castro

La leonesa Margarita Alexandre, la gran pionera del cine español, pasó buena parte de su vida en Cuba, una etapa que desveló a su nieta Dácil Melgar Pérez de Guzmán en una larga entrevista

Fulgencio Fernández
01/12/2019
 Actualizado a 01/12/2019
La cineasta leonesa conversa con Fidel Castro, a quien primero reconoce un inmenso atractivo, pero... | FOTOS DEL ARCHIVO DE DÁCIL MELGAR PÉREZ DE GUZMÁN
La cineasta leonesa conversa con Fidel Castro, a quien primero reconoce un inmenso atractivo, pero... | FOTOS DEL ARCHIVO DE DÁCIL MELGAR PÉREZ DE GUZMÁN
Uno de los personajes más fascinantes (y desconocidos) de la cultura leonesa es la cineasta Margarita Alexandre, la gran pionera del cine español, en el que fue todo: actriz, script, directora, productora..

Hija de un ingeniero de minas francés que vino a trabajar en la zona de Matallana, en la compañía Anglo Hispana. Margarita nació en León el 3 de julio de 1923. Una mujer de vida apasionante y tormentosa vivió en España (1923-1957), Cuba (1957-1970), Italia (1970-1979) y nuevamente en España, desde 1979 hasta su muerte en 2015.

Llegó al cine de manera casual, como ella misma recordaba en un documental sobre su figura, El cuerpo y la voz. «Estaban rodando en Madrid una película de Eusebio Fernández Ardavín que protagonizaba Maruchi Fresno, Tierra y cielo. Era una historia muy curiosa relacionada con otro mundo que a mí me apasionaba, la pintura. Maruchi iba al Museo del Prado y los cuadros le hablaban. Uno de los cuadros con vida era La Inmaculada Concepción de Murillo, y necesitaban para interpretarlo a una mujer de aspecto angelical. Buscaban a esa joven por los colegios y al llegar al Liceo Francés me encontraron y creyeron que daba el perfil. Me picó la curiosidad y me decidí y en aquel rodaje me enamoré del cine, me parecía muy divertido, el maquillaje, interpretar... aunque nunca lo había imaginado, Yo nunca pensé en ser actriz. Lo que pasó es que en España, en los años 40, en el cine había dos o tres estrellas y las chicas que hacían papeles menores no eran muy refinadas. Yo era alta, rubia, medio extranjera... tenía otro aire. Y empezaron a llamarme para hacer papeles, siempre de aristócratas muy malas».

Y lo fue todo en el cine, también una de las pioneras en la dirección junto con Helena Cortesina, Ana Mariscal y Rosario Pi... pero la parte menos conocida de su biografía es la larga etapa en Cuba, donde participó en la puesta en marcha del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), dirigió el Teatro Musical de La Habana…

Yo creo que Fidel es un tipo que no cree en nada, que no le interesa nada, que va a lo que le interesaCuriosamente Margarita Alexandre escribía sus vivencias, según recordaba su nieta Dácil Melgar Pérez de Guzmán. «Mi abuela, Margarita Alexandre, lleva años escribiendo sobre sus vivencias en España, Cuba e Italia. Efectivamente, tiene mucho que contar, fue una mujer casada de adolescente, como la mayor parte de las mujeres españolas de su época, y que finalmente decidió abandonar su vida familiar aristocrática para lanzarse a la aventura en Cuba como mujer independiente y enérgica».

Conocedora de estas vivencias Dácil Melgar le realiza una larga entrevista, en 2014, junto a su profesor de Historia en la Complutense, Jorge Marco Carretero. Se centran especialmente en la etapa cubana y la propia nieta reconoce que las primeras preguntas son algo torpes y Alexandre la reconviene.

Recuerda que hicieron un viaje a México, fueron a Cuba y regresaron pero en su segunda visita a Cuba «ya ha triunfado Fidel, justo acaba de triunfar y decidimos ir con él, un poco a ver cómo pasaba lo de los barbudos, cómo era aquello ¿no? y resulta que fuimos pues un viaje… un viaje más, y entonces ahí a mí me engancharon para el Ical, y luego el ambiente revolucionario y todo lo que había fantástico… pues nos quedamos, empezaron a hacernos ofertas, y en lugar de ir a México acabamos en Cuba».

- ¿Cómo fue la primera impresión?
- Fantástica, porque era todo un pueblo en favor de una revolución, o prácticamente todo un pueblo. Era un pueblo entusiasmado, unos rebeldes llenos de… que venían con una leyenda de la Sierra… y luego… y luego el carácter cubano, que es muy atractivo -o lo era, porque las cosas cambian con el tiempo- era un carácter muy atractivo ¿no? muy amistoso, muy divertido, muy entusiasta… y nos, y bueno, y nos atrapó.
- ¿Por qué te implicaste en su Revolución?
- Es que no piensas, es todo tan… el trópico es banal, a ver si me entiendes, el trópico es muy especial ¿no? la gente del trópico también es especial, tú lo has visto ahora que viven un desastre, y has visto cómo la gente sigue inventando décimas y riéndose del gobierno a pesar del dramatismo de la situación ¿no?… hay un componente de frivolidad, pero una frivolidad que te atrae, porque es una frivolidad muy humana, muy cercana (...)Fidel tiene un atractivo inmenso y todos los demás rebeldes; y hasta un poco después no empiezas a descubrir que también tiene su lado negativo esa revolución.
- Tú conociste a Fidel en persona, ¿cómo era?
- Yo creo que Fidel es un gran oportunista, yo no creo que ni comunista ni no, yo creo que ha sido un tipo que se ha inclinado a quien le convenía ¿comprendes? como no pudo hacer nada con Estados Unidos ni con países europeos, pues se fue con la… con los rusos, con los sovietis, se fue… porque necesitaba que le vendieran cosas y tener relaciones internacionales. Yo creo que es un tipo que no cree en nada, que no le interesa nada.

Recuerda la leonesa los avatares que la fueron llevando a apartarse de la Revolución y también aborda su relación con el otro gran personaje de esta historia, Che Guevara, cuya muerte cree que no se llegará a aclarar «porque yo creo que la Revolución no va a dejar rastro, van a quemar papeles y yo creo que van a procurar que no se sepa nunca… pero Fidel es un tipo enormemente peligroso… cosa que no era el Che, porque yo estoy convencida –y el pueblo cubano lo estaba en aquel momento también, y creo que hay mucha gente en Europa que tienen esa duda metida dentro- que el Che era un hombre terriblemente… era, bueno, que tenía raíces comunistas como todos los latinoamericanos (...) A mí lo que me interesa del Che, que cuando estuvo en el poder, no quiso seguir en el poder y se marchó… o sea, él comprendió que aquello iba mal,estuvo las famosas 24 horas encerrado con Fidel y… y se marchó para Bolivia. El Che era una persona especial… y yo cuando oigo decir que era un asesino… es que me parece totalmente injusto y porque… y su comportamiento en la Sierra era todo lo contrario: en la Sierra, cuando está de guerrillero, en la Sierra, funda un colegio, y además como era médico actuaba también de médico, y era famoso, el Che, porque por ejemplo no le gustaba matar al enemigo, les disparaba a las piernas… o sea, era, era un guerrillero especial».

Una larga entrevista en la que hablan de Cuba, de los cubanos, de los barracones de homosexuales —«un horror», dice la leonesa—, de cine, de cultura...

Una leonesa de fascinante biografía a la que merece la pena conocer.
Lo más leído