Una desgracia humana que alivia a la naturaleza

La pesca tiene muchos beneficios sobre el cuerpo y la mente, por lo que practicarla sería la mejor medicina posible tras estos días de confinamiento

Rodrigo Prado Núñez
19/04/2020
 Actualizado a 19/04/2020
Un momento de pesca en el río Curueño. | R.P.N.
Un momento de pesca en el río Curueño. | R.P.N.
Prosigue la tragedia por el coronavirus con miles de muertos y un largo confinamiento, un tiempo de descanso obligado, pero un inesperado alivio para la naturaleza y un respiro para toda la vida silvestre.

La apertura de la pesca que, en Castilla y León, estaba prevista para el día 28 del mes de marzo sucumbió ante el covid-19. Esto era el preludio de lo que se avecinaba, poco a poco se han ido anunciando la suspensión de muchas actividades relacionadas con la pesca y programadas por colectivos y sociedades de pescadores. Así, el día ocho de este mes de abril y ante la situación creada por dicha pandemia, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha decidido suspender provisionalmente la celebración de la LIV Edición de la Semana Internacional de la Trucha de León. Los efectos de esta suspensión son palabras mayores. Se trata del acontecimiento más importante en materia de pesca fluvial a escala nacional y que reúne todos los años, en la primera semana de junio, a centenares de aficionados a la pesca de la trucha de todo el territorio nacional y de diversos países que se desplazan a León para participar en las múltiples actividades que se desarrollan. No obstante, nos queda la esperanza de que las circunstancias sean favorables y se pueda celebrar en septiembre. A partir de mediados del mes de septiembre los caudales de los ríos regulados se empiezan a estabilizar a la baja y es por ello que las condiciones para la pesca mejoran. Son muchos años continuados que esta gran fiesta de la pesca se celebra en junio, pero cada momento de la vida necesita un enfoque diferente, hay que priorizar quehaceres y a veces salirse del guion abre nuevos caminos. Sería muy interesante su celebración en esa época del año, esperemos que sea posible.

La Semana de la Trucha, el evento más importante en maeria de pesca fluvial nacional, se ha suspendidLa cara positiva del coronavirus. La parada brusca de las actividades, que perjudica notablemente a la economía, beneficia el medioambiente. El parón en la industria, la bajada de la circulación de los vehículos por carretera, el descenso considerable de la aviación comercial y el confinamiento generalizado consiguen reducir drásticamente la contaminación, creando ambientes más claros, cielos más despejados, aguas más limpias y la reducción del calentamiento global. Se reducen las emisiones de CO2, la capa de ozono se recupera y por consiguiente se mejora la calidad del aire, quedando patente que la desmedida actividad industrial genera un gran perjuicio a la naturaleza, repercutiendo dramáticamente en la vida y salud humana. Sería un buen momento para hacer un punto y aparte. Pero para muchos expertos este efecto positivo e histórico del medioambiente es temporal y pasado un tiempo pocos hábitos cambiaran, la enseñanza no se asimilará y todo irá a peor. Muchos científicos expertos en los ecosistemas avisan sobre la imperiosa necesidad de modificar los hábitos y corresponder con la naturaleza, si no ella, advierten, encontrará la formula de subsistir y nos pondrá en nuestro sitio. Las pandemias son enseñanzas que hay que estudiar. La naturaleza no tiene en cuenta nuestra torpeza e ingratitud, sigue su camino marcado por un ordenamiento que nada tiene que ver con el que nosotros inventamos, asiste impasible a su deterioro porque sabe que pronto seremos virutas de nuestra propia obra y para entonces, lo que quede de ella, organizará otro mundo donde nuestra ausencia será su recompensa. La raza humana es la pandemia de la naturaleza.

El descanso de la presencia humana permitirá recrearse pescando esos peces que disfrutan de una larga vedaPracticar un deporte tan natural como la pesca tiene muchísimos beneficios sobre nuestro cuerpo y nuestra mente, y tras estos largos días de confinamiento sería la mejor medicina posible. Pero para empezar la temporada de pesca en nuestros ríos toca esperar a que la pandemia del coronavirus remita. Pero hay que tomarse un tiempo, esperemos que un mes más o menos, para que se puedan disfrutar los diferentes parajes que recorren nuestros ríos y recrearse pescando esos peces que han disfrutado de una larga veda. Un prolongado descanso de la presencia humana y muchas truchas salvaguardadas de la cesta, pero no todo es como parece, seguramente muchos pescadores saben a lo que me refiero. La conciencia es escasa y los cursos fluviales sigue sufriendo la maldad de sus enemigos. Vertidos y basuras intoxican las aguas y los furtivos esquilman los peces. Días atrás, el Seprona en colaboración con la Guardería de la Reserva, denunció a un individuo por pescar en el río Burbia, aguas de pesca sin muerte, portando cuatro truchas que no daban la medida y que fueron entregadas al Centro de Acogida Colegio de Nuestra señora de Fátima de Fabero, mientras que la caña quedó decomisada y puesta a disposición de la Junta de Castilla y León. Así mismo, se le propuso para sanción por incumplir las restricciones impuestas en el Real Decreto del Estado de Alarma que limita la libertad de circulación de las personas.Quédate en casa, así, y no de otra forma, venceremos al virus.
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