Un sueño de comarca

22/09/2020
 Actualizado a 22/09/2020
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Heidegger no conocía el Consejo Comarcal del Bierzo, pero el filósofo alemán sabía de entes y, desde su bautismo, esa administración comarcal única en su especie ha recogido acepciones que van desde ese ente (lo que es) a la de órgano (vital). En palabras había conseguido ya la importancia que tiene el traslado de una bandera a un despacho, pero siempre camina con cierta cojera, a veces más pronunciada, tal vez por un cambio de tiempo brusco. Ahora, el ente comarcal está más erguido y quiere aprovechar su momento para caminar, no vaya a ser que vuelvan los dolores. Necesitaba un empuje que se dio a sí mismo en unas buenas sesiones de midfullness «piensa en el aquí y el ahora. Solo tú, aquí y ahora». En el aquí, la comarca verjel para la que siempre pintan bastos aunque la baraja le haya dado oros. En el ahora, el fin de una espera larga en la que se había encallado sin voluntad. Siete años con la mano levantada para preguntar a la Junta cuándo se renovaría el convenio umbilical que les ata a ambos. Solo espaldas y 1,7 millones que no dejaban espacio para imaginar nada más que el hoy era la respuesta. Pero siempre hay mañana, se decía a sí mismo el ente, poniendo sobre la mesa una identidad que no se puede rebasar saltando. Y la espera dejó de ser impenetrable. El cordón Junta y Consejo se anuda, aunque el nudo se quede escaso de cuerda. Porque conmutar siete años por 300.000 euros más cada uno de los cuatro que vienen, no soporta la fuerza de un apretón de manos. Tal vez una caricia de esas que escriben un bueno, vale, la intención es lo que cuenta…no más. Seguro que el Consejo sueña en alto con más: crecer en competencias, tener casa propia y voz donde otros hablen de él, saberse propio, sentirse unido…Uf, hay más vigilia que sueño en el ciclo circadiano, aunque uno se duerma con la intención de soñarse. Pero la cojera parece que va aflojando...tal vez, en ese mañana, en otro sueño, tal vez.
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